Servirse en la vida de algo para construir un mundo mejor, hacerlo de manera notable, no es fácil ni está al alcance de cualquiera. Justamente es lo que hizo Samaranch en el deporte. Por ello, el olímpico podría ser identificado en el futuro con las siglas: JJ.OO.SS. La pérdida del gestor entre gestores deportivos es mucha pérdida.

Intercambiamos saludos hace tres años durante la celebración del I Congreso Internacional sobre Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) y Fútbol, otro de los muchos organismos promovidos y potenciados por él, y donde finalmente se resuelve todo litigio deportivo. Contaba entonces con ochenta y seis, y su debilidad física, que no su mente y clarividencia, era ya patente.

El primer choque fue su cercanía. Hablaba de deporte desde la tribuna del Salón de Actos de la Ciudad del Futbol , ante doscientos oyentes de más de veinte países entre ellos el sevillista Monchi o el cacereño Vicente Montes, por citar algunos, como quien lo hace en la barra del bar un lunes posliguero cualquiera. Comentábamos un federativo brasileño y un servidor, compañeros de asiento, que parecía que llevábamos allí toda la vida con él, aún no llegando a escasos 15 minutos .Por su discurso sabio, abierto y claro, no vislumbrabamos ni más ni menos edad que la del resto de atentos y variopintos asistentes.

No resultó difícil deducir que para quien era un adolescente sin posibilidad de deporte cuando estalló el conflicto bélico español, quien ostentó cargos en el anterior régimen político ganador del mismo, quien hizo lo propio en una Rusia refugio de los perdedores, quien tuvo responsabilidades directivas en el deporte local, provincial, nacional e internacional, el evento pionero y relevante que en esos momentos inauguraba era poco más que un importante pasatiempo.

Afabilidad en el trato y tozudez en sus ideas eran su tarjeta de presentación. Ideas que giraban en torno a la utilidad del deporte y sus valores para seguir avanzando, principio incuestionable del olimpismo moderno. Aglutinador, que no disgregador de personas. Presidente de caja de ahorro, como motor social y solidario. Baluarte de lujo para traer los juegos a su Barcelona natal lo cual, no cabe duda, hubiera ocurrido con Madrid 2016 si su edad y cargo y algo más de peso que el de presidente honorífico lo hubiese permitido.

Su vida, tan extensa como intensa dedicada a los deportistas más que al deporte, dio para mucho, incluso para los errores. Ahora habrá un luto de tal relevancia como para añadir las dos eses a las siglas de los cinco anillos entrelazados.