Es el principio del fin. Cuatro jugadoras del Baloncesto Femenino Badajoz se marcharon ayer de la ciudad, Cristina López, Mari Moreno, Esther Morillo y Noelia Otero, rumbo a sus casas. Hoy se irá la quinta, Paula Muxiri, que dice estar desvinculada del club, y el resto se quedan porque estudian en la capital pacense, pero todas siguen fuera del BFB. La entidad tampoco cumplió su promesa de pagar el 50 por ciento de una mensualidad, ni el lunes ni el martes, empeorando la lamentable imagen que está dando en toda España.

Las jugadoras se llevaron todos sus objetos personales, por lo que lo más probable es que no vuelvan, pero dejaron abierta una pequeña puerta a la esperanza por si el club consigue recursos económicos para toda la temporada. El plazo máximo de espera de las jugadoras antes de firmar por otro club, es de diez días, y mientras tanto, todo apunta a que seguirán jugando las juniors del CB Guadalupe.

"Tenemos una tristeza grande por tener que dejar definitivamente la ciudad", afirma Cristina López, una de las capitanas del extinguido equipo, para añadir que "tenemos un pequeño hilo de esperanza para ver si de aquí a la semana que viene existe una posible solución y el club recibe el apoyo que está pidiendo a patrocinadores y entidades". López advierte que "es imposible tener más paciencia. Sabemos que están haciendo un esfuerzo grande para poder solucionarlo, pero estamos al límite. No hemos cobrado nada desde que estamos en Badajoz, sólo una pequeñísima parte y se nos ha hecho muy duro poder salir adelante en la ciudad".

La jugadora explica que "el grupo humano que ha habido es muy grande y algo mágico". Cuestionada por si después de todo lo que ha pasado aún tienen confianza en el club, tras pensárselo varios segundos, respondió que "a lo mejor pecamos de ser demasiado generosas pero nos vamos con una pequeñisima esperanza".