Lance Armstrong nunca se sintió cómodo en Francia, donde su dominio durante siete julios consecutivos le reportó tanta antipatía que acudía al Tour con guardaespaldas. Sin embargo, puede ser en su propio país donde todos los logros de su carrera queden en entredicho, pues la Corte de Los Angeles juzga si el equipo US Postal escondía una trama de dopaje.

El juicio tiene los ingredientes de un culebrón jurídico americano. Nada es blanco o negro y tras motivaciones nobles puede haber oscuros intereses. La base del juicio es la declaración de Floyd Landis, excompañero de Armstrong, que narró cómo el dopaje era algo organizado en el equipo, hasta el punto de que "60 bicis de la marca Trek se subastaron en eBay para financiarlo". Su director, Johan Bruyneel, confirmó la venta, aunque no sabe dónde acabó el dinero.

"Lo negaré mientras viva. Nunca forcé nadie a doparse", dijo Armstrong en el Tour. Landis goza de poca credibilidad, pero antes también le acusaron Frankie Andreu y Stephen Swart. La justicia americana ha interrogado a otros excompañeros del US Postal y al menos uno, según el The New York Times, declaró que el dopaje en el equipo se llevaba a cabo "de manera sistemática" y que Armstrong "lo apoyaba".