BAYERN 1: Kahn; Sagnol, Kuffour, Kovac, Lizarazu (Salihamidzic, m.46); Hargreaves, Demichelis (Jeremies, m.92), Ballack, Ze Roberto; Pizarro (Santa Cruz, m.76) y Makaay.

REAL MADRID 1: Iker Casillas; Míchel Salgado, Iván Helguera, Raúl Bravo, Roberto Carlos; Guti, Beckham; Figo, Raúl, Zidane; y Ronaldo (Solari, m.92).

GOLES: 1-0, M.75: Makaay. 1-1, M.82: Roberto Carlos.

ARBITRO: Terje Hauge (NOR). Amonestó a Ballack, Zidane, Demichelis, Ronaldo y Figo.

INCIDENCIAS: Terreno de juego en regulares condiciones.

Un monumental error de Oliver Kahn, para muchos aún el mejor guardameta del mundo, permitió al Real Madrid salir airoso tras un pésimo partido en su estadio maldito, el Olímpico de Múnich, donde el Bayern lo tuvo todo para sentenciar pero ahora, tras el 1-1, todo se decidirá en el Santiago Bernabéu.

Corría el minuto 82. El Bayern ganaba por 1-0 cuando había merecido mucho más ante un cuadro de Carlos Queiroz que era casi una caricatura. La afición bávara soñaba con un éxito inesperado y llegó el momento clave del partido.

Roberto Carlos, campeón del mundo en Yokohama ante Kahn, se decidió a lanzar con su cañón una falta desde unos treinta metros y el balón, tras rozar en la barrera, acaba en la red después de entrar por debajo del meta teutón cuando todo el estadio creía que se había quedado con el esférico.

Esta acción de mala fortuna castigó a Kahn, que apenas había tenido trabajo, y a todo el Bayern, que había dado una lección de trabajo y orgullo ante los hombres de Carlos Queiroz, que deambularon sin saber qué hacer ante el rodillo de casta que había encontrado la justicia con el gol del exDeportivo, el holandés Roy Makaay.

El brasileño Zé Roberto, el inglés Owen Hargreaves, el alemán Michael Ballack, el peruano Claudio Pizarro y el holandés Roy Makaay crearon numerosos problemas a la zaga blanca, que hasta estuvo a punto de marcarse en un par de ocasiones en su portería, en la primera, a los dos minutos, Roberto Carlos, y en la segunda, a los 23, Iván Helguera, aunque el cántabro fue otra vez providencial junto a Iker Casillas, por cuanto el joven portero madrileño impidió que Zé Roberto y Hargreaves inaugurasen la cuenta.

CON SUERTE Para su fortuna, al campeón germano le falta la confianza necesaria para asestar duros reveses a sus rivales y hasta la suerte, porque en el segundo periodo, en el que el cuadro de Queiroz esbozó una mínima mejoría en el control del juego, Makaay tuvo una clamorosa ocasión para abrir la cuenta, pero, cuando estaba solo, remató de cabeza ligeramente desviado.

Era un auténtico baño el que estaban sufriendo los blancos. El equipo bávaro, herido en su orgullo, sacó lo mejor que ahora mismo puede ofrecer y encontró por fin su premio a un cuarto de hora del final con un preciso testarazo de Makaay tras un gran centro del peruano Pizarro, cuyo sustituto, el paraguayo Roque Santa Cruz estaba esperando para entrar al campo.

El Bota de Oro de la campaña 2002-03 no podía consentir más errores en el remate y su testarazo fue la recompensa a su labor y a la de todo el grupo.

Pero la alegría del Bayern duró solamente siete minutos, los que tardó el brasileño Roberto Carlos en enganchar uno de sus zapatazos lejanos que, inesperadamente, entró en la portería por debajo del cuerpo de Kahn, que falló en exceso.