Ricardo Izecson, Kaká, jugador que ha fichado por el Real Madrid, centra todo el interés del entorno del equipo de Brasil, mientras que Egipto, el rival de los brasileños en la Copa de las Confederaciones, no es objeto de atención a pesar de lo poco que queda para el encuentro. Es el gran contraste de cara al partido de mañana en un partido teóricamente muy desigual.

En los días previos al inicio de la competición, cualquier detalle en torno a Brasil preocupa más que el rival, en este caso Egipto, y sus características futbolísticas.

El estado de forma de Kaká, la influencia que en su rendimiento puede tener finalmente el fichaje por el Real Madrid, las opiniones de sus compañeros sobre su futuro o la valoración de las condiciones económicas del traspaso, centran la atención de los seguidores y también de la prensa brasileña, española e italiana desplazada a Suráfrica. No se habla de otra cosa.

Todo está centrado en lo mismo, teniendo en cuenta que, además, el otro gran fichaje de estos días, Cristiano Ronaldo, no está, ya que Portugal no forma parte de este torneo.

El desafío

Las opiniones se suceden. El jugador internacional del Sevilla Luis Fabiano afirmó ayer que su compañero de selección tiene un "gran desafío al haber firmado por el Real Madrid, porque su rival, el Barcelona, está en un gran momento y es el mejor equipo del mundo".

El sevillista agregó que no ha hablado del asunto con Kaká, pero que su compañero sabe a dónde va. "El Real Madrid está montando un gran equipo, pero tendrá dificultades, porque el Barcelona es un rival muy complicado. A nosotros nos dio un baile tremendo", dijo.

Sobre su actual club, indicó que trabaja en una entidad que ha crecido mucho en los últimos cinco años, ya que está con frecuencia en las competiciones europeas, al haber disputado la Copa de la UEFA y la Liga de Campeones.

"Eso ha sido importante para los jugadores y para el club y sobre mi futuro, lo único que puedo decir es que tengo contrato con una cláusula importante. Para que yo salga del Sevilla tendrá alguien que pagarla. De lo contrario, será imposible que cambie de club", dijo el futbolista, que se ha consolidado en la selección brasileña merced a lo que mejor sabe hacer siempre: marcar goles.

Egipto, ´ignorado´

Mientras tanto, sobre Egipto nadie sabe y nadie contesta. En cualquier caso, casi nadie contesta porque casi nadie pregunta, ya alrededor de Brasil siempre se respira la sensación de que para ganar cualquier torneo es imprescindible derrotar a los rivales que se presenten con independencia de su entidad, historial o estado de forma.

En este contexto prepara el equipo de Carlos Verri, Dunga, la Copa de las Confederaciones, que llega cuando el combinado brasileño acaba de dar el paso casi definitivo para estar dentro de un año nuevamente en Sudáfrica, pero en esa ocasión para disputar un Mundial.

La victoria del miércoles ante Paraguay en Recife por 2-1 ha puesto la clasificación al alcance de la mano de los brasileños, horas antes de sus jugadores cambiaran de continente y climatología y se prepararan para medirse a rivales de un perfil realmente diferente.

Las expectativas de futuro de sus jugadores o el frío que hace en Bloemfontein son objeto de atención muy por delante del planteamiento del encuentro contra Egipto.

Cuando, poco menos que por sorpresa, un jugador tiene que dar una opinión sobre Egipto, la respuesta pasa por reconocer que se sabe poco del rival, pero que pronto habrá información.

"Estamos a la espera de que Dunga nos hable de cuáles son sus armas y su estilo, pero de momento no tenemos más noticias", fue la escueta respuesta del delantero Luis Fabiano, cuando se le preguntó por el combinado egipcio.

Más interés despierta, por ejemplo, la climatología de Bloemfontein en pleno invierno del hemisferio sur. Se trata de una ciudad en la que los días son calurosos, pero la temperatura baja rápidamente en el momento en el que el sol desaparece, algo que ocurre como tarde a las cinco y media.

Varios jugadores de Brasil están acostumbrados al frío de las ciudades europeas, pero muchos de los que han llegado desde Brasil, incluidos los periodistas, han necesitado de abrigos, guantes, gorros y bufandas para protegerse del frío en la sesión de entrenamiento.

El trabajo empezó a las 16.30 con un sol muy bajo, que desapareció pronto y obligó a los asistentes a abrigarse. Cuando el equipo acabó de entrenar era noche cerrada y apareció la lluvia. Fue un chaparrón corto, poco habitual en Sudáfrica.