Kaká afirmó ayer que está "bien" y que "siempre" dejó "claro que le molestaba un poco" la rodilla izquierda. Dejó ayer la Clínica Monica de Amberes para retornar a Madrid, donde realizará la rehabilitación, y declaró: "todo bien, ahora hay que tener paciencia". Ante las críticas acerca de que pudo ocultar su lesión para jugar el Mundial de Suráfrica, recalcó que "siempre dejé claro que molestaba un poco", si bien apuntó que "tenía molestias ya, pero no sabía que era tan importante".

También intentó dejar claro que "siempre traté la pubalgia" que sufrió durante buena parte de la temporada pasada, y que "no sabía que era tan grave" el problema de su rodilla izquierda, en la que a la lesión de menisco se unió un deterioro del cartílago. "Ha sido muy triste, ha sido difícil, porque al principio era algo sólo del menisco. Cuando se vio que era el cartílago que no estaba bien fue una sorpresa para mí", añadió. "Hice los exámenes, nos sentamos todos y se decidió que era lo mejor operar", explicó el jugador, quien fue sometido a una artroscopia por el conocido médico Marc Martens, uno de los más famosos en el mundo deportivo.