REAL SOCIEDAD 1: Westerveld; López Rekarte, Schurrer, Kvarme, Aranzabal; Xabi Alonso, Alkiza (Aranburu, min. 76), Karpin (Xabi Prieto, min. 69), Gabilondo, Kovacevic (Jauregi, min. 87) y Nihat.

OSASUNA 0: Sanzol; López, Mateo, Cruchaga, Izquierdo; Moha, Pablo García, Puñal, Valdo (Muñoz, min. 74), Webó (Aloisi, min. 83) y Bakayoko.

GOL: 1-0: min. 75, Kovacevic.

ARBITRO: Tristante Oliva, murciano. Roja a Javier Aguirre por dos amarillas en el 75. Amonestó además a los locales Kvarme y Schurrer y a los visitantes López, Pablo García e Izquierdo.

Un gol de Darko Kovacevic a quince minutos del final propició una justa y trabajada victoria de la Real Sociedad tras tres encuentros seguidos sin lograrlo y, lo que es más importante, que sirve para relajar los ánimos y rebajar la crisis que amenazaba con desestabilizar al conjunto donostiarra y a Raynald Denoueix.

El Osasuna, que demostró de inicio que su privilegiada situación en la clasificación no es fruto de la casualidad, encerró a los donostiarras en su campo y llevó peligro a la portería de Westerveld en dos remates de Moha y Bakayoko, con un conjunto local medroso, que echó en falta la presencia de De Pedro, baja por un proceso fibrilar.

El público pareció darse cuenta de lo mucho que se jugaban los donostiarras en este encuentro y con su aliento la Real comenzó a estirarse y a ofrecer la imagen que se espera de un subcampeón de Liga.

La autoconfianza de los jugadores que entrena Raynald Denoueix se ha resentido tras los últimos resultados y volvió a quedar en evidencia que jugadores como Karpin, Nihat y Kovacevic, a pesar del gol de éste último, todavía no han alcanzado su mejor nivel, lo que repercute en el rendimiento colectivo.

La negativa tendencia de los últimos partidos, caracterizados por la falta de acierto, volvió a reiterarse a la salida de un saque de esquina que Schurrer falló sin oposición, algo que en la pasada temporada habría acabado en gol, pero que en esta oportunidad, por la mala fortuna y la buena intervención de Sanzol, se convirtió en la ocasión más clara de los realistas.

El conjunto guipuzcoano salió en la segunda parte con más ambición, en busca de la victoria. Pero el encuentro parecía abocado al empate a cero cuando surgió la figura de López Rekarte, quien con un excepcional recorte, se marchó de su defensor y midió un centro para que Kovacevic no tuviera más que conectar el balón con la cabeza y enviarlo a la red. Fue el respiro para la Real Sociedad y el parón para el Osasuna, que sigue arriba.