El espectacular vuelo de Robert Kubica (BMW-Sauber) en la vuelta 26 del Gran Premio de Canadá, se saldó afortunadamente con un fuerte golpe en la cabeza y otro en la clavícula derecha. Ayer salió tranquilamente del hospital en Montreal, limitándose a decir que se encontraba "en buena forma" y que espera que los médicos le permitan correr el domingo en Indianápolis. "He tenido mucha suerte", agregó al despedirse de los periodistas.

El accidente pilló a su padre, Artur, ejerciendo de comentarista en la televisión polaca, lo que generó un auténtico impacto en la retransmisión. "Vivimos momentos de auténtico terror", dijo ayer el comentarista Wlodzimierz Zientarski. "Artur, de pronto, perdió la voz y suerte tuvimos de que enseguida nos informaron por teléfono de que Robert estaba sano y salvo".

El accidente del piloto polaco, de 22 años, puso a prueba las eficaces medidas de seguridad que se han implantado en la F-1, sobre todo en lo que hace referencia al habitáculo de los monoplazas. Pese a que algunos periódicos polacos, que ayer titularon sus portadas con "el drama de Montreal" (Rzeczpospolità ) y "es un milagro que Robert viva" (Super Express ), creen que todo fue obra del desaparecido pontífice Juan Pablo II, cuyo nombre luce Kubica en su casco, lo cierto es que la dureza de la cabina del BMW-Sauber F1.07 fue lo que salvó al piloto de heridas más graves o, incluso, de la muerte.

ASI ES EL HABITACULO Los pilotos están rodeados por un chasis monocasco. Esta célula de seguridad es increiblemente rígida, a pesar de su extraordinaria ligereza, pudiendo absorber una cantidad inmensa de energía en caso de accidente. El monocasco es una estructura de sujeción de fibra de carbono que juega un papel esencial en la seguridad y no ha cesado de ser mejorado.

El habitáculo de los F-1, profundamente reforzado a partir de la muerte de Ayrton Senna, en 1994, en Imola, ha de someterse para su aprobación al conocido crash test lateral, en el que debe demostrar su solidez para no deformarse en caso de choque. "Cuando vi por televisión que lo único que había quedado del coche era el habitáculo, pensé: Se ha muerto, seguro", reconoció el doctor Ronald Denis. "Nos ha contado cada una de sus vueltas y en ningún momento nos pidió el nombre del ganador", añadió el médico del circuito canadiense. "Solo puedo decir que ha sido un milagro", comentó Felipe Massa (Ferrari).

En este sentido, la estatura de Kubica, de 1,84 metros, fue un verdadero problema a la hora de construir su coche. Las medidas se completan con un arco de seguridad sobre su cabeza que evita que el piloto se golpee en caso de que el bólido, como le sucedió al polaco, dé varias vueltas de campana o acabe tendido boca abajo sobre la pista. Otro instrumento que cumplió su función a la perfección y evitó males mayores al piloto de Cracovia fue el conocido HANS (sujeción de cabeza y cuello), un dispositivo implantado hace cuatro años que impide que las sacudidas dañen las vértebras.

MIRANDO ATRAS "Hemos de dar gracias a los altos protocolos de seguridad que la Federación Internacional ha introducido en los últimos años y que han hecho nuestros coches mucho más seguros", dijo ayer Willy Rampf, director técnico de BMW-Sauber. "No sé si Robert hubiese sobrevivido a un accidente así hace 10 años", declaró Mario Theissen, jefe de BMW.