Perdonen que me inmiscuyese en una conversación telefónica que Pedro Núñez, uno de los pilares de este proyecto baloncestístico de Cáceres, mantenía esta semana en la sede del club con no se quién. Indiscrección la mía no sólo de poner la oreja sino además de tener el arrojo de publicarlo. El mensaje que daba a través del móvil era muy explícito: "Esta categoría es de mucho más nivel". Como ven, la sentencia no revela ningún secreto morboso, ni datos que no deban pasar la frontera de lo privado. Sin embargo, ese enunciamiento simple y contundente fue el más repetido ayer en el Multiusos.

Manuel Piti Hurtado lo había advertido días atrás incesantemente, con ánimo de traer a la tierra a todos los que ya soñaban con la ACB sin pensar en las espinas que tiene esta competición, una de las más competidas del continente. Piti fue explícito tras el partido: "Bienvenidos a la LEB Oro, una competición más dura en la que hay que estar concentrado todo el partido".

Muy conocidos

La LEB Oro trajo ya ayer los primeros rostros que evocan a tiempos pretéritos de la ACB. El placentino Corrales, San Martín, Sinanovic, Casadevall...y hasta nuestros Panadero, Williams o Lucio Angulo.

La primera jornada de la LEB dorada también trajo un baloncesto de más quilates, más público --la esencia para que este proyecto tire para adelante--, unos muñequitos que se inflaban y un globo de Marca Extremadura, que además de ser muy gracisosos enseñan cómo la administración autonómica también está muy implicada, trajo a Caja Extremadura a las equipaciones --aunque sea en los traseros de los jugadores-- un palco lleno de personalidades, una nueva publicación gratuita del deporte cacereño, Sol Deportivo. Pero sobre todo, se ha recuperado a una de las enseñas del basket más cacereño que había abandonado la grada tras el palo de la venta. Ahí estaba Manolo Cambero y el bigote más conocido del Multiusos. La LEB Oro trae muchos cambios... y promete.