El alero LeBron James, que ya es nuevo jugador de Los Angeles Lakers, a falta de que firme el contrato oficial, le permite llegar a la Conferencia Oeste como el número uno de las grandes estrellas que hay en la NBA y dejar a la del Este con sólo una figura entre los mejores de la liga. Vestirá la camiseta con el número 23, el mismo que llevó el legendario Michael Jordan cuando, durante la década de los noventa, reinaba en el mejor baloncesto del mundo.

James, de 33 años, al margen de llevarse 154 millones de dólares en cuatro temporadas, tiene como grandes objetivos, en su nueva etapa profesional, el conseguir la gloria de luchar por ser el mejor jugador de todos los tiempos al final de su carrera y hacer más historia con la segunda dinastía de la NBA, si consigue más títulos de liga.

La edad ya no le permitirá establecer ningún legado con el equipo angelino, que además ya lo ha conseguido con los Cavaliers de Cleveland, franquicia a la que le dedicó 11 años de los 15 que lleva en la NBA, a los que llevó a cinco Finales y les dio un título de liga, el que prometió cuando volvió por segunda vez.

El primer objetivo conlleva necesariamente que consiga el máximo de títulos con los Lakers, algo que no le será nada fácil, al menos en las primeras temporadas, y más teniendo dentro de la Conferencia Oeste a rivales como los Warriors de Golden State, actuales campeones de liga, y ‘verdugos’ de James en las últimas cuatro temporadas al quitarle tres de los cuatro títulos que disputaron ambos equipos.