Hace cuatro años debutó en la Liga en Montjuïc; el sábado sentenció el derbi. Hace cuatro años debutó en la Champions en Donetz; el miércoles marcó dos goles y firmó la victoria. De una gran promesa a una estrella mundial. Esa ha sido la vertiginosa progresión de Leo Messi, convertido en el referente indiscutible del Barça. Por el mismo camino anda Sergio Agüero, que a los dos años de aterrizar en Madrid se ha erigido en la estrella del Atlético, aunque todavía no ha adquirido la dimensión internacional del extremo azulgrana.

Una media de 3,7 goles por partido promedian los duelos Barça-Atlético en los últimos 20 años. El festival coral de luz y color que deparan los choques entre azulgranas y rojiblancos es hoy un duelo personificado entre Messi y Agüero.

Nadie les hace sombra en sus plantillas. Se fueron Ronaldinho y Fernando Torres y ellos han asido el timón, la responsabilidad, el liderazgo. Sin complejos ni timidez, excepto la que expresan fuera del césped. Dentro son unos desvergonzados.

LA ´MESSIDEPENDENCIA´ "No hay messidependencia", proclamaba el jueves Messi pese a que las evidencias le rebaten. Guardiola le reservaba en Donetz para tenerle mañana al máximo de sus condiciones, pero tuvo que cancelar su estancia en el banquillo ante la inoperancia de Henry y Etoo. Ni cojo y agotado se atrevió Javier Aguirre a sacar del campo a Agüero contra el Olympique. Ni siquiera la posibilidad de perderlo ante el Barça llevó al técnico mexicano a considerar el relevo de la estrella rojiblanca. Y eso que una salvaje entrada de Taiwo hizo pensar a la mayoría de los presentes en el Calderón que el Kun no sólo se perdería el choque del Camp Nou, sino también el de la jornada siguiente ante el Madrid.

Messi asume que debe descansar de vez en cuando. Nadie como él ha sufrido durante sus forzosas ausencias. Tres lesiones musculares en tres años le llevan a aceptar las rotaciones.

Por eso Guardiola mima su estado físico. "Me siento uno más y no me creo más importante que el resto de mis compañeros, juegue quien juegue no se enota la diferencia", explicó La Pulga, que en sus dos duelos con Agüero ha marcado tres goles. El rojiblanco, dos.

Agüero vio desde la banda como Raúl García anotaba el segundo tanto del Atlético tras una falta que cometieron sobre él. Regresó al campo y siguió exponiendo sus tobillos a los tacos de los defensas rivales. Aguantó hasta el final, consciente, como su entrenador, de que su marcha hubiese tenido un efecto depresivo letal para el equipo, que se agarra a él como lo hacía en otro tiempo a Torres.

El Kun crece a pasos de gigante y se multiplican las apetencias de clubs para ficharlo. Sobre todo porque su cláusula de rescisión no pasa de 60 millones de euros. "Lo que puedo decir y garantizar es que quiere estar en Madrid, jugar en el Atlético y vivir en Madrid", dijo Enrique Cerezo, el presidente colchonero a propósito de la supuesta intención del Manchester City de robárselo en tres meses. Sin olvidar al Chelsea de Abramovich y al propio Real Madrid.

Esa amenaza no existe en el Camp Nou. La cláusula de Messi (150 millones de euros) es inabordable para cualquier cabeza sensata. Para los megamillonarios rusos y para los magnates árabes. Messi, con contrato hasta el 2014, siente que aún debe culminar su gran obra en el Barça. Completar una temporada sin lesiones y que los premios que el año pasado rozó (el FIFA World Player y el Balón de Oro), caigan en su poder. Para ello es necesario que el Barça vuelva a conquistar títulos. La misma premisa que necesita Agüero para situarse al nivel de Messi.

El azulgrana se sometió a una sesión de fotos y a una rueda de prensa tras su heroicidad (dos goles en siete minutos) de Donetz. Agüero, emparejado con Gianina Maradona, la pasó en manos de los fisioterapeutas.

Su tobillo derecho está hecho un cromo, pero nadie duda de que estará en el Camp Nou con la idea de amargar la vida a Puyol y compañía. Será una nueva oportunidad de comparar su valor y su categoría con Messi. Para Leo Franco, compatriota de ambos, no tiene sentido entrar en una discusión así.

"Lo mejor de los dos es que son argentinos. No hay debate para mí, lo mejor es que juegan para el mismo país", declaró ayer el portero del Atlético.

SCHUSTER NO HABLA El entrenador del Real Madrid, Bernd Schuster, dijo ayer que no iba a comentar nada sobre el duelo que proponen los medios de comunicación entre Sergio Kun Agüero, y Lionel Messi, para el partido que enfrentará hoy a sus equipos en Liga.

El técnico alemán no quiso decantarse por ninguno de los argentinos y lo dejó claro con un lacónico "no comment". Schuster tampoco quiso reconocer cuál era su "segundo equipo" favorito, al contrario que el presidente de su club, Ramón Calderón, que declaró que, tras el Real Madrid, se sentía del Atleti.

El alemán se limitó a hablar de su interés por el golf y por el torneo que se presentó esta mañana en el Santiago Bernabéu, el Pro-Am benéfico Swing for Change, organizado por la Fundación 442, del suizo Fabio Celestini, futbolista del Getafe. Parco en palabras y, comparando el fútbol con el golf, Schuster se negó a decir cuál de los futbolistas ´hándicap 0´, es decir, de los profesionales, es su preferido y señaló que "hay muchos hándicap 0 en la Liga profesional" y que cualquiera es muy bueno.