Con la mirada extraviada, desconcertado y profundamente apenado se marchaba ayer Leo Messi de la clínica Asepeyo. Sentado en el asiento del copiloto de su coche, al lado de su padre Jorge, había recibido la confirmación de la grave lesión muscular que se produjo el martes. Grave por el tamaño de la rotura --unos seis centímetros--; grave por tratarse del mismo músculo bíceps femoral de la pierna izquierda que se lesionó el pasado 15 de diciembre, y grave porque ese nuevo percance significa un serio aviso para su carrera.

El desgarro le alertó de los problemas que tendrá en el futuro si no sigue un riguroso plan para cuidar su musculatura. Al tratarse de la misma zona que se dañó en Valencia, el plazo de recuperación superará las seis semanas. La rehabilitación puede alargarse dos más. Un total de dos meses. En ese periodo, el Barça jugará 14 partidos en las distintas competiciones.

"Durante su carrera tendrá que convivir con esto y cuidarse las 24 horas del día", explicó Txiki Begiristain.