El show de McLaren durará hasta final de año. O más. El último, o penúltimo, episodio del annus horribilis de la escudería que lidera Ron Dennis tuvo como protagonista otra vez al joven Lewis Hamilton, cazado por la policia francesa el pasado domingo en la autopista A26, en el tramo de Calais a Reims, cuando probablemente acababa de atravesar el estrecho para acudir a algún lugar de Francia. Hamilton, que conducía un flamante, impresionante y poderoso Mercedes CLK 63 fue pillado a 196 km/h.

"El conductor --explicó la policia francesa-- reconoció de inmediato la infracción, se justificó diciendo que corría porque la autopista estaba vacía y estuvo muy gentil durante todo el atestado". La infracción se tradujo en una multa de 600 euros, que Hamilton pagó de inmediato; la retirada de carnet durante un mes y la inmovilización del coche porque no era del piloto y llevaba matrícula alemana. Al día siguiente, un amigo de Hamilton retiró el vehículo.

El coche que conducía Hamilton, valorado en 100.000 euros, es un sofisticado modelo dotado de un motor V8 de 32 válvulas, que arroja 475 caballos de potencia y tiene limitada electrónicamente la velocidad punta a 300 km/h. El vehículo es tan poderoso que últimamente es utilizado como safety car .

Alonso, en la mina

Se da la circunstancia de que Hamilton fue el único tema y nombre que Fernando Alonso no trató en la entrevista que, a 600 metros bajo tierra, en una mina de Mieres, en Asturias, concedió el pasado lunes en El Larguero de la Ser. Allí dijo que hasta su abuela le pedía "con insistencia" que abandonase McLaren y allí fue, también, donde aseguró: "Hoy por hoy sería una locura pensar en ganar el Mundial del 2008 con Renault". La razón, sencilla: "Kovalainen solo ha sumado este año 30 puntos con ese coche y para ser campeón necesitas, al menos, 120".