Los adictos a la nostalgia baloncestística corren peligro de sufrir una recaída si se topan uno de estos días con Ñete Bohigas por las calles de Cáceres. Miembro fundamental de la historia del club verdinegro como jugador, ayudante y entrenador, ahora se gana la vida con brillantez en el Autocid Burgos, al que ha colocado en el triunvirato de cabeza de la LEB-2 junto a Huesca y Sabadell.

Bohigas ha pasado el fin de semana en su ciudad de origen, compartiendo el tiempo con su familia y amigos y saboreando su buen momento profesional, aunque siempre le queda el regusto amargo del duro final de la aventura de la canasta en Cáceres. La venta de la plaza en la LEB el verano pasado le dejó en una situación delicada y, aunque estuvo en la baraja para entrenar a algún club de la segunda categoría, tuvo que bajar un peldaño. "Estoy contento en Burgos. Me están tratando muy bien y el club es serio y ambicioso", cuenta, consciente de que se le exige el ascenso.

Cumpliendo

De momento se ha instalado en las posiciones altas con un equipo en el que también están otros dos viejos conocidos de la afición extremeña: Steve Horton (ex-Círculo) y Juanmi Morales, su jugador fetiche que le ha acompañado en Plasencia y Cáceres. De trece partidos ha ganado diez.

En cualquier conversación con Bohigas es difícil evitar la actual situación del baloncesto cacereño, con el Don Frío femenino como único representante de nivel. "La ciudad tiene que volver a la élite. Se lo merece. Si se hacen las cosas bien, se conseguirá", pronostica. La medalla de bronce con la selección cadete en el Europeo no le compensó la enorme decepción de tener que salir del Cáceres.