Según la Real Academia de la Lengua, el líder es la persona a la que un grupo sigue, reconociéndola como jefe u orientadora. Hay varios tipos de líderes según su relación con los demás, está el dictador que destruye la creatividad de los demás, el autocrático que es el que toma las decisiones sin consultar al resto, el democrático que ofrece soluciones y luego el grupo decide y por último, el paternalista, que toma la mayor parte de decisiones entregando recompensas y castigos a la vez.

Dentro de los equipos de baloncesto la figura del líder es fundamental al igual que en todos los grupos de trabajo.

Siempre tiene que haber un jugador que asuma ese papel y sea el referente dentro y fuera de la pista. Este jugador es el que asume la responsabilidad en los momentos difíciles en un partido, pero a la vez es quien también da la cara y un paso adelante en todos los aspectos extradeportivos. Habitualmente el líder no es un jugador que se elige a dedo al principio de temporada, sino que más bien es el grupo el que va identificando a un jugador en el que depositar la confianza y otorgarle esa responsabilidad. Desde fuera del equipo se suele cometer el error de identificar al líder como el jugador que más puntos mete, pero ser el que lleva el peso del juego del equipo no significa ser el que lidera el mismo.

Un ejemplo de líder lo tenemos en Lucio Angulo. Jugador siempre dispuesto a escuchar y ayudar a sus compañeros, el primero en ponerse a trabajar y dar la cara cuando las cosas no van bien. Es capaz de gestionar los refuerzos positivos cuando las cosas van bien y a la vez dar una voz de atención cuando el grupo de desvía del camino. No tiene ninguna dificultad a la hora de asumir la bola en los momentos calientes de los partidos (cuando se acercaba Burgos) como cuando hay que ponerse el mono de trabajo y parar a la estrella rival en defensa (Paolo Quinteros del CAI). En definitiva, Lucio es un tipo de jugador que nace para ser líder y que resulta fundamental para orientar al grupo en la consecución de los éxitos.