La Real Sociedad confirmó su liderato en el Santiago Bernabéu, donde arrancó un empate (0-0), hizo gala de su solidez y de su categoría y de paso frenó la pretendida escalada de un Real Madrid que volvió a tropezar en casa en un momento inoportuno antes de sus viajes a Barcelona, Milán y Tokio.

El equipo de Raynald Denoueix demostró que es un bloque muy bien armado y que no es el líder de la Liga de las Estrellas por casualidad. Tiene categoría, calidad, seriedad y carácter. Todo eso lo mostró en un feudo tan complicado como el Bernabéu.

El Real Madrid, ante los problemas físicos de Zidane, apostó de salida por el equilibrio con Solari, aunque la faceta ofensiva se viera algo mermada, pero al menos palió algo los defectos atrás para taponar a los Karpin, Nihat y Kovacevic.

Así, se vio un buen partido, intenso, muy interesante tácticamente, con el internacional sub´21 Xavi Alonso al mando de las acciones en la medular gracias a su pulcritud y sencillez, y con un dispositivo idóneo para mermar las ambiciones madridistas.

El equilibrio fue casi absoluto hasta el descanso, porque hasta ambos equipos se repartieron las oportunidades claras de gol. Iker Casillas y Westerveld salvaron sendas llegadas en solitario de Cambiasso y de Nihat, y un testarazo al poste de Raúl y un disparo alto de Ronaldo se igualaron con otro disparo del rápido punta turco y una intercepción de Makelele a Kovacevic.

TRAS LA REANUDACION

El intermedio durmió al Real Madrid. La Real Sociedad achicó bien espacios, siguió trabajando la presión, se apropió del balón y entre Karpin, Nihat y Kovacevic, pese al buen trabajo de la pareja Pavón-Helguera, se las arreglaron para sembrar la zozobra en un Santiago Bernabéu que no tardó en mostrar su disgusto con sonoras pitadas.

Del Bosque, a la vista del baile que estaba sufriendo su equipo, no tardó en recurrir al banquillo, a Guti y a Zidane en lugar de dos desafortunados jugadores argentinos, Cambiasso y Solari.

La entrada del galo y la salida del tocado Nihat cambiaron el partido. El Real Madrid, guiado por la magia de Zizou , fue otro en ataque. Tuvo más ideas y sentido, y no tardó en llegar el peligro a la meta de Westerveld, quien tuvo que salvar milagrosamente un testarazo de Raúl.

La mejoría del conjunto madridista hizo levantarse de su sitio al entrenador realista para que su equipo no se viniera abajo. Nada más lejos de la realidad, porque Iván Helguera tuvo que sacar bajo los palos un balón que entraba irremisiblemente, y es que el encuentro ya estaba roto, era un ida y vuelta constante y espectacular.

Guti también cobró su protagonismo más retrasado de lo habitual. Le dio dinamismo al juego, toque y calidad, con lo que las bandas, con Roberto Carlos y Figo, fueron, ahora sí, dos puñales para la contención donostiarra, que también exhibió su calidad en la zona delantera con un contragolpe que no acabó en gol de Kovacevic porque el palo derecho de Iker Casillas lo evitó.

El Real Madrid empujó todo lo que pudo en el tiempo restante, pero volvió a carecer de remate. Morientes, que reemplazó a Ronaldo, sigue negado y las precipitaciones en el interior del área impidieron a los blancos rubricar algunas de sus llegadas, en muchas ocasiones alocadas y sin precisión.

NEGADOS EN CASA

El Real Madrid lleva más de un mes sin ganar partido alguno en el Bernabéu. La última vez que el equipo de Vicente del Bosque salió airoso en su feudo fue el 6 de octubre, cuando goleó al Deportivo Alavés (5-2), el día del exitoso debut bigoleador del brasileño Ronaldo.

Desde entonces, el cuadro madridista ha perdido un partido (en la Liga de Campeones, contra el Roma (0-1), y ha igualado el resto, 2-2 con el AEK Atenas --en competición continental--, 1-1 con el Villarreal y 0-0 con la Real Sociedad ayer, estos dos últimos en Liga.