VILLANOVENSE 0: Oscar, José, Gaby, Raúl Fernández, Casillas, Aguado, Encinar (Cano, min. 80), David Hernández (Reseco, min. 83), Javi Méndez (Valderde, min. 46), Chicote y Rubén Quintero.

LANZAROTE 3: Tomás, Cifuentes (Santi Torres, min. 83), Suárez (Chiqui Abad, min. 80), Sergio, Aitor Blanco, Vladimir (Maikel Padrón, min. 70), Parrado, Eneko Pinedo, Raúl Salas, Miki y Gustavo.

GOLES: 0-1: min. 20, Raúl Salas. 0-2: min, 37, Barrado. 0.3: min. 60, Barrado.

ARBITRO: Arenal Gómez (0). Amarillas a Aguado, Rubén, Chicote y al canario Sergio.

El Lanzarote dio ayer buenas muestras en el estadio Romero Cuerda de por qué es el líder del grupo IV de la Segunda División B. Trabajo en bloque, contundencia defensiva, criterio en el movimiento de balón, presión y efectividad goleadora, fueron las armas que esgrimió el equipo canario para alargar su racha a ocho victorias consecutivas y no perdonar ante un equipo muy limitado como el Villanovense.

Lo cierto es que en los primeros minutos, el conjunto serón supo aguantar bien a su rival. De hecho, al cuarto de hora, Javi Méndez no era capaz de remachar un buen servicio de Rubén desde la derecha.

Sin embargo, en su primera llegada, el Lanzarote ´mató´. Y lo hizo con la ayuda arbitral, ya que Raúl Salas, que partió en claro fuera de juego, resolvió con acierto ante Oscar el gran pase en profundidad de Barrado para establecer el 0-1.

A partir de ahí los canarios se hicieron claros dominadores del juego, y a ocho minutos del descanso casi sentenciaban al rematar Barrado a gol un pase atrás de Eneko (0-2). Una distancia que pudo acortar Javi Méndez, tras una jugada ensayada que ejecutó Chicote, sin embargo el delantero no conectó bien su tiro.

TRANQUILIDAD Con la tranquilidad que le daba el marcador, el Lanzarote campó a sus anchas en la segunda mitad. Gustavo, en el m. 58 cruzó demasiado, y dos minutos más tarde era el omnipresente Barrado el que cabeceaba libre de marca un buen servicio desde la derecha de Cifuentes para redondear el 0-3.

De ahí al final, el Villanovense pudo maquillar el marcador con dos tiros lejanos de Valverde y David Hernández, sin embargo los serones se ahogaron en su propia desesperación.