Sin perdón. El Cacereño no tuvo compasión del Moralo en uno de los derbis provinciales más desequilibrados de la historia reciente y goleó para recuperar el liderato entregado al Cádiz tras ceder un empate a última hora ante el Torredonjimeno siete días antes.

Como acertadamente comentó Miguel Angel Iglesias tras el partido, la clasificación no suele mentir y este duelo provincial llegó en tesituras muy opuestas a ambos equipos y sobre el terreno de juego quedó demostrado el momento que viven unos y otros. El objetivo del Cacereño sigue siendo el de soñar con la liguilla una vez superada la cifra de cuarenta puntos mediada la competición y la afición verde así se ilusiona domingo tras domingo. Por su parte, el Moralo mucho deberá cambiar para no tener que pasar apuros al final de temporada, aunque seis ausencias a estas alturas se suelen pagar muy caras de no acertar con las incorporaciones y no recuperar la moral de un equipo que ha salido derrotado en seis de sus últimos siete partidos.

HERMANAMIENTO PROVINCIAL

Uno de los datos más llamativos del partido de rivalidad provincial de ayer estuvo protagonizado por aficionados de ambos equipos. Pese a sus denominaciones como peñas ultras , los miembros del Escuadrón Verdiblanco --seguidores del Cacereño-- y los de las Brigadas Verdiblancas --fieles del Moralo-- estuvieron presenciando juntos el choque y animando a sus colores e incluso a los del contrario en los últimos minutos del derbi. Todo un ejemplo en tiempos de violencia e incidentes el de estos jóvenes seguidores y que debería ser seguido por todos los aficionados al fútbol.

El guión del partido estaba definido de antemano y los protagonistas no alteraron lo más mínimo lo que ya estaba escrito sobre el papel. Desde el comienzo pudo verse al Cacereño de todos los domingos de la presente temporada, volcado sobre el área rival y sin pensar en otra cosa que no fuera atacar. Delante tenía un rival que sabía como frenar sus embestidas, pero que una vez que encajó el primer gol perdió el norte del orden y la colocación y fue un juguete en manos de un equipo disparado en pos de seguir sumando goles y puntos para que nadie pueda despertarles de su particular sueño, que dura ya meses.

Antes del primer tanto, el Cacereño ya había tenido varias opciones para mover el marcador. Primero fue el debutante David Cordón el que hizo trabajar a Toni García en una falta y a renglón seguido fue Pedro García el que envió alto tras una jugada de Enrique.

La banda izquierda fue el camino que más buscó el equipo de Ismael Díaz en los primeros minutos y por allí Cordón, Cobos y Juanma Cruz encontraban los huecos necesarios para rondar el peligro, pero el capitán verde y Enrique no tuvieron suerte en dos remates ajustados que detuvo el seguro Toni García.

El Moralo no se desperezó hasta el minuto 23, cuando el debutante Jorge Fernández se revolvió en la frontal del área para disparar a puerta, pero su lanzamiento se encontró con la pierna de un defensor que evitó el peligro. Dos minutos después, Félix Campo enervó a su público con un regate al límite tras una peligrosa cesión de un compañero, aunque el meta salmantino salió airoso del trance.

Pero el Cacereño seguía volcado sobre el área rival y pasada la media hora lograba su primer gol. Fue tras una jugada de David Cordón, que cedió a Juanma Cruz para que éste ajustara el balón y tras dar en la cabeza de Rodri se colara en la red.

Al borde del descanso tuvieron los visitantes su mejor opción, pero el balón que se encontró Jacinto dentro del área lo desperdición en un remate raso y excesivamente cruzado cuando estaba en una magnífica posición para marcar.

LA SENTENCIA

Tras la reanudación prosiguió el dominio cacereño. A los cinco minutos, Enrique fue derribado con claridad por Edu Fenoy en el área y Cobos se encargaba de transformar el penalti.

Tres minutos después llegó la mejor jugada del encuentro tras un gran pase de Enrique a Juanma Cruz, que disparó cruzado pero se encontró con un paradón de Toni García. Fue el preludio del 3-0, que llegó con los protagonistas cambiados de lugar y que acabó con el disparo de Enrique que Borrallo desvió a su portería.

Ismael Díaz dio minutos entonces a sus hombres de banquillo y el que mejor los supo aprovechar fue el canterano Emilio, que realizó tres jugadas de gran mérito y habilidad, una de las cuales acabó en un penalti claro que el propio jugador se encargaría en transformar para lograr así su primer tanto con la camiseta del primer equipo verde.