El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, reafirmó su confianza en el sistema español de prevención del dopaje y anunció una política rigurosa en esta materia momentos antes de viajar a Atenas para presenciar los Juegos Olímpicos. "Seremos implacables con los transgresores, con aquellos deportistas que cedan a la tentación de traspasar la raya trazada por la Agencia Mundial Antidopaje", declaró.

El deporte español registró recientemente dos casos de dopaje en el equipo olímpico, el del piraguista Jovino González y el de la ciclista Janet Puiggrós. Ninguno de los dos viajó a Atenas.

Lissavetzky, que viaja a la capital griega "con la misma ilusión de los deportistas", afirmó que estos dos positivos "demuestran que el sistema español antidopaje funciona, y lo prueba el hecho de que ninguno de los dos haya pedido el contraanálisis".

"Una de mis máximas prioridades cuando llegué al Consejo Superior de Deportes", indicó, "es tener un deporte limpio y seremos implacables en esta materia. Hemos aumentado los controles, sobre todo por sorpresa. Antes de los Juegos hemos hecho 700, al menos dos a cada deportista olímpico y uno de ellos en el último mes".

PRECAUCIONES "No queremos que nadie manche el nombre de España", comentó, y añadió que "es mejor prevenir que curar y espero que en Atenas no haya ningún deportista español que dé positivo".

El secretario de Estado para el Deporte no pudo garantizar que no se produzcan nuevos casos de doping dentro de la campaña de prevención llevada a cabo antes de los Juegos Olímpicos y esgrimió como razón el hecho de que "en el laboratorio del CSD quedan todavía una decena de muestras por analizar", precisó.