La llama olímpica llegó hoy, en medio de grandes medidas de seguridad, a Pekín, la ciudad que organiza los JJOO del 8 al 24 de este año, después de un accidentado recorrido por Grecia en el que se topó con las protestas de tibetanos y partidarios del boicot a las Olimpiadas.

El fuego olímpico arribó a la capital china esta mañana en un avión de Air China especialmente preparado para ello por el Comité Organizador de los JJOO de Pekín (BOCOG), donde fue recibida por Zhou Yongkang, miembro del Politburó del Partido Comunista de China.

Liu Qi, presidente del BOCOG, que había recibido el fuego olímpico en Atenas, bajó las escaleras del avión transportando la antorcha. Después, la llama fue transportada en un furgón hasta la plaza de Tiananmen, centro geográfico y político de Pekín, donde la esperaban 4.000 artistas y voluntarios, además de miembros del gobierno chino y diplomáticos de todo el mundo. Para acceder a la plaza, rodeada de impresionantes medidas de seguridad, obligaron a quienes entraron en ella a pasar arcos detectores de metales y dejar en manos de la policía hasta los mecheros.

Finalmente, tres jóvenes portadores llegaron con el fuego sagrado de Olimpia al centro de la plaza, donde se había preparado una reproducción del altar sagrado del Templo del Cielo, en el que los emperadores hacían en la antigüedad ofrendas a los dioses. Más de 4.000 artistas entre bailarines, equilibristas y luchadores de kung fu participaron en la fiesta, celebrada en una plaza de Tiananmen cerrada a cal y canto desde la noche de ayer, domingo, y adornada con banderas chinas y olímpicas.

El presidente chino, Hu Jintao, el vicepresidente Xi Jinping y el alcalde de Pekín, Guo Jinlong, figuraban entre los invitados destacados de la ceremonia, a la que asistieron también 600 periodistas de todo el mundo y los embajadores de los países que recibirán la llama olímpica.

Tras sonar el himno chino y el olímpico, Liu pronunció un discurso en el que señaló que "el Comité Organizador continuará trabajando en pos de albergar unos JJOO de alto nivel".

Más tarde, el presidente del Comité de Coordinación del COI para los Juegos de Pekín, Hein Verbruggen, leyo un discurso del presidente del COI, Jacques Rogge, en el que destacó la importancia y simbolismo de la llama olímpica, "que no sólo anuncia la llegada de los Juegos, sino que también extiende un mensaje de paz al mundo".

También intervino el vicepresidente Xi, en uno de sus primeros discursos públicos tras su nombramiento hace dos semanas, destacando que China "mostrará al mundo el compromiso de su gente en dar la bienvenida a los JJOO y participar en ellos". "Esperemos que la gente trabaje con nosotros para compartir la pasión olímpica y un futuro armonioso y mejor", añadió el vicepresidente, uno de los principales candidatos a ser el máximo líder del país dentro de unos años, cuando se retire Hu Jintao.

A continuación, Hu pasó la antorcha olímpica al atleta chino Liu Xiang, plusmarquista mundial de 110 metros vallas y campeón olímpico, con lo que comenzó oficialmente el relevo que llevará la llama a un periplo de varios meses por todo el mundo.

Recorrido de la antorcha

La antorcha visitará una veintena de países en los cinco continentes en lo que será el relevo más largo de la historia olímpica (137.000 kilómetros y 130 días de duración).

La llama olímpica pasará por países como Argentina o Corea del Norte y también ascenderá a la montaña más alta del mundo, el Everest (8.844 metros), si se dan las condiciones meteorológicas adecuadas. De hecho, hoy, una parte del fuego olímpico irá a Lhasa, la capital del Tíbet, donde esperará que las condiciones meteorológicas permitan subirla al Everest.

El primer destino de la antorcha tras su paso por China será Almaty, la capital de Kazajistán (a donde llegará mañana, 1 de abril), y más tarde Estambul, San Petersburgo, Londres, París, San Francisco y Buenos Aires, entre otras ciudades.

Cabe destacar el hecho de que Liu Xiang había expresado su deseo de no participar en el "relevo nacional" que dentro de unas semanas hará la antorcha por más de un centenar de ciudades chinas y una vez finalizado su periplo internacional. Liu, uno de los deportistas más destacados de la actualidad, alegó que no tenía tiempo para ello, pues debía concentrarse en su preparación para los Juegos.