La consigna en McLaren es guardar las formas, lavar la ropa sucia en casa, ganar los dos títulos y, en noviembre, ya se verá que ocurre con el futuro. Así lo transmitieron los jefes del equipo a Fernando Alonso y Lewis Hamilton --por separado, no hubo reunión, no se vieron todos juntos-- el jueves en el Hotel Conrad. Ayer, tras la sesión libre de entrenos del Gran Premio de Turquía todo era corrección, buenos deseos y un mensaje único.

"Los dos se respetarán y se comportarán como profesionales en defensa del interés del equipo y de los intereses propios", dijo tajante Norbert Haug junto a Ron Dennis y Martin Whitmarsh, que se reunieron con Alonso y Hamilton por separado. "No fue una mediación. Sirvió para plantear reglas internas del equipo que no pueden ser discutidas en los medios".

LAS CULPAS A LA PRENSA Así que Alonso y Hamilton cumplieron el pacto y realizaron declaraciones calcadas. "La prensa ha querido magnificar este asunto para vender más, pero no hay ninguna guerra", dijeron, cada uno por su lado. "No somos los mejores amigos, pero tenemos una buena relación, incluso esta mañana (por ayer) estuvimos jugando con la Play Station juntos", insistieron, cada uno en su turno. "El se ha disculpado conmigo y yo con él por lo sucedido en Hungría", añadieron, y para acabar: "Lo importante es la lucha que mantenemos contra nuestros rivales para conseguir los dos títulos".

Hasta ahí, las declaraciones institucionales. Esas disculpas mutuas no se produjeron en ninguna reunión oficial --¿si tan bueno es el ambiente por qué los convocan por separado --, sino que "estábamos en el mismo hotel y coincidimos", explicó Alonso. Suena a declaración pactada por imperativos del equipo.

La consigna es guardar las formas, no dar que hablar. El objetivo es el título de pilotos y el de constructores. En noviembre ya se verá el futuro, sobre todo el de Alonso. "No sé dónde voy a correr el año que viene. Lo único que sé es que tengo contrato con McLaren y que aquí sí que puedo correr". Bernie Ecclestone aseguró en el ´Times´ que él ve campeón a Alonso "porque su experiencia le permitirá manejar mejor la presión de esta última parte de la temporada".

Bajo este cuadro de familia feliz que intenta pintar McLaren subyace el descontento de Alonso, que ve cómo su trabajo es aprovechado por otro bajo el criterio de igualdad máxima para los dos pilotos.