El piloto español Jorge Lorenzo (Aprilia), líder de la categoría de 250 c.c., declaró ayer que intentará proclamarse campeón del mundo antes de la última prueba, el Gran Premio de la Comunidad Valenciana, para que no pase como en la Fórmula Uno.

Lorenzo dominó ayer las dos tandas de entrenamientos en la primera jornada del Gran Premio de Australia que se celebra en el circuito de Phillip Island, al lado de Melbourne, y necesita sacar una diferencia de 14 puntos en la carrera respecto al italiano Andrea Dovizioso (Honda).

El español restó importancia a que se llegara a la última prueba con el campeonato abierto, tal y como le sucedió el año pasado con el mismo rival. "Estoy muy tranquilo y feliz. Estamos muy bien", dijo a los periodistas el piloto de Palma de Mallorca, que añadió: "he estado cómodo desde la primera vuelta".

Agregó que pocas veces había corrido con tanto viento como el que hacía sobre esta isla australiana, pero se mostró contento con su registro con la pista seca y explicó que si la carrera o los entrenamientos son sobre mojado, tendrá que trabajar más.

Preguntado hasta qué puntos está dispuesto a arriesgar en el Gran Premio de Australia, Lorenzo respondió: "soy un piloto que siempre deja un margen de seguridad; no suelo ir al límite".