Tal vez fuese un despiste. O una distracción. Quién sabe. Lo que es seguro es que no lo hizo expresamente. Valentino Rossi no suele hacer bromas de ese tipo. Pero lo cierto es que el ocho veces campeón del mundo se llevó el trofeo del vencedor del Gran Premio de Japón nada más descender del podio y antes de entrar en la sala de prensa. Uno de los asistentes de Jorge Lorenzo, el auténtico héroe, el auténtico protagonista, el gran vencedor de otra memorable carrera en Motegi, se dirigió a Davide Brivio, jefe del doctor en el equipo Fiat-Yamaha, que curiosamente acababa de conseguir el doblete con el veterano italiano y el joven mallorquín, y le dijo: "Perdón, pero Vale se ha llevado la copa de Jorge". "Se habrá equivocado", le respondió Brivio con una sonrisa forzada, incómoda. Tan acostumbrado está Rossi a ganar, que hasta se adjudica él solo los trofeos. Cuando ese, el de Motegi, se lo birló Lorenzo en la pista.

Y es que lo que ayer ocurrió en Motegi, donde el sol brilló para contemplar una de las mayores exhibiciones del motociclismo español en los últimos 12 meses (una casi idéntica se produjo en Estoril el pasado año con dos victorias y tres podios más), fue un estallido de calidad, coraje, ira y fuego, que diría Gladiator, ídolo de Lorenzo, protagonizado por la armada española capitaneada, esta vez, por Lorenzo y un bravísimo Dani Pedrosa (Honda), que consiguieron las medallas de oro y bronce en MotoGP.

Pero hubo más. A esa carrera impresionante de Lorenzo, que ayer demostró que no mentía --hace un mes dijo: "Si se me pone a tiro el título, morderé"--, siguió un carrerón de Pedrosa, que nada más apagarse el semáforo salió disparado como un cohete, sorprendiéndose a sí mismo. "Me vi tercero y pensé: No te lo creas, Dani, esto no puede durar´. Pero cuando completé la sexta vuelta y aún estaba delante, me dije: Aprovecha, aprovecha". Y aprovechó tanto que llegó, incluso, a maltratar a Rossi, que tuvo que dar lo mejor de sí mismo --"peleándome con Dani, dejé escapar a Jorge", explicó el italiano-- para terminar segundo.

BAUTISTA, AL FIN Más, mucho más. Motegi nos ofreció otra gran carrera, por fin, de Alvaro Bautista (Aprilia), que dominó con autoridad la prueba de dos y medio, en la que el hasta ayer líder del campeonato, Héctor Barberá, vencedor en Qatar, se hundió en la salida, y Marco Simoncelli, el campeón, pinchó cuando encabezaba el pelotón al pasar alocadamente por encima del rugoso piano de la chicane. Bautista consiguió lo que poco antes habían intentado Julián Simón (Aprilia), Pol Espargaró (Derbi) y Marc Márquez (KTM), que era derrotar al favorito, el italiano Andrea Iannone (Aprilia), que repitió de forma autoritaria su triunfo de Qatar.Aquel fue un minigran premio ; el de ayer, una pelea, mitad seco mitad húmedo, de 20 vueltas.

Bautista, cómo no, al igual que el resolutivo Lorenzo, abandonó Japón como líder de 250cc y se presentarán esta misma semana en Jerez de la Frontera en olor de multitudes, capitaneando las dos grandes categorías. "No hay mejor manera de calentar Jerez que demostrando las ganas que tenemos todos de agradar a nuestra afición", dijo el joven piloto mallorquín. Como es habitual, está garantizada la presencia de más de 100.000 hinchas en el circuito gaditano. Conseguir una entrada se está complicando mucho a medida que se acercan los días.

UN RACIMO DE CANDIDATOS Si de lujo fue la actuación de Lorenzo y Pedrosa, que maltrataron en curvas, en plegadas, en frenadas y casi codazos al mismísimo Rossi, magistral fue el comportamiento de Bautista y de los jóvenes cachorros como Simón, segundo ayer; Polito , magistral al acabar tercero --"tenía prohibido caerme, pues quiero brillar en Jerez"-- y un sublime Márquez, quinto, asustado. "Las condiciones de la pista me hicieron dudar a la hora de escoger las ruedas", desveló.

El año de la crisis ha empezado como nunca. Los cinco podios de Estoril 2008 --Lorenzo (1º), Pedrosa (2º), Bautista (1º), Joan Olivé (2º) y Nico Terol (3º)-- tuvieron ayer su clonación en Motegi.

Todo esto significa que al dúo de favoritos de MotoGP, Rossi y Stoner, se sumaron ayer, ya en serio, la pareja española, Lorenzo y Pedrosa; al favorito Simoncelli en dos y medio se añadieron Bautista y Barberá, y al biganador de este 2009, Iannone, le persiguen tres muchachos eufóricos y ansiosos de brillar, como son Julián Simón, Pol Espargaró (¡por fin!) y el niño Joan Márquez. Hay Mundial con emociones seguras en las tres categorías.