Cuando se apagaron los focos y se corrió el telón, casi entre bambalinas y más relajado, lo comentó a algunos medios: «menuda presentación». Jesús Rubio, el nuevo jugador del Extremadura, es posiblemente un futbolista de superior categoría, pero de momento juega en Segunda B. Eso sí, ayer vivió en primera persona una de esas presentaciones que no se olvidan, cargada de detalles, expectación y colorido.

El club presentó a su fichaje de más relumbrón en las instalaciones del Grupo Maven e Hijos, donde el placentino lució la camiseta negra del décimo aniversario. Compareció ante los medios y desapareció para bajar por unas escaleras ya vestido de futbolista. En pleno suelo, casi resbaladizo, se atrevió a dar sus primeros toques en Almendralejo. Luego, jugador, directivos y prensa se trasladaron al estadio Francisco de la Hera, donde quedaba la segunda parte de la presentación. Ahora sí, de azulgrana oficial y pisando el impoluto césped que allí luce. Una verdadera alfombra que no ha cambiado ni un ápice de color, pese a las altas temperaturas.

«Sé que la gente me mirará con lupa, pero yo trataré de hacer mi fútbol. No cambiaré mi forma de jugar y espero rendir para dejar un buen sabor de boca en Almendralejo». Jesús Rubio asume el reto de ser uno de los líderes del proyecto. El año de contrato en Villanueva se quebró con la irrechazable oferta de los azulgranas, que mejoraban ostensiblemente su ficha y le daban un proyecto ambicioso que mire a superior categoría.

El grupo , clave

Como ya hiciera el presidente días antes, Jesús Rubio mandó un mensaje de cautela cuando se le preguntó por el favoritismo del Extremadura que se cuelga desde el entorno: «por nombres todo pinta siempre muy bien, pero al final hay que hacer un equipo que se forja desde el primer día de entrenamiento. De nada sirve tener a jugadores que han hecho buenas campañas anteriores o un gran cartel. El vestuario es el que ganará partidos».

Para el jugador extremeño es «normal» que su fichaje haya tenido más bombo que otro cualquiera: «sé que ha podido molestar algo en Villanueva de la Serena, pero son cosas del fútbol. Cada uno tiene que mirar por sus intereses y creo que el acuerdo beneficia a todas las partes». Rubio recuerda que «en Villanueva de la Serena ha sido uno de los lugares donde mejor he estado. La gente se ha portado muy bien conmigo, pero hay trenes que sólo pasan una vez y hay que montarse en ellos».

El mediapunta azulgrana dice estar muy sorprendido con los 4.000 abonados que ya hay: «la gente del Extremadura está poniendo el listón alto y tenemos que estar a su altura». Se alegra de tener en el equipo a Candelas y Valverde, excompañeros en Villanueva, aunque confesó que también ha coincidido con otros como Kike Márquez o Parde.

Rubio, que es de Segunda B, vivió ayer una presentación de superior categoría. El futbolista espera que la misma se repita el próximo año, pero un peldaño más arriba. Este año, los focos y miradas, estarán muy fijas en el placentino.