No se si acabará yéndose, tomándose un año (o dos) sabáticos, si querrá que su amigo (y segundo), Juan Carlos Unzue, le sustituya en el banquillo del Barça o si, como la directiva que lidera Josep María Bartomeu ansía, renovará uno o dos años más, pero lo cierto es que Luis Enrique hace algunas semanas que se ha soltado el pelo (poco) en sus conferencias de prensa en la Ciudad Deportiva Joan Gamper. Hoy, antes del entrenamiento previo al desplazamiento del equipo a Sevilla, donde mañana (12.00 horas, Bein LaLiga), se enfrenta a un necesitado Betis, 'Lucho' ha vuelto a dejar un par o tres de perlas muy divertidas.

Una, por ejemplo, que la situación del Real Madrid tiene ligeramente pendiente al vestuario azulgrana, pero tampoco mucho. “Hombre, todo el mundo sabe que para que nos vaya bien a uno de los dos, le tiene que ir mal al otro; somos vasos comunicantes. Y, con eso, lo digo todo. Pero es evidente que nosotros, sobre todo estando por detrás en la tabla, tenemos que seguir preocupándonos de nuestro rendimiento, pues es la única manera de seguir teniendo opciones de éxito hasta el final”.

LOS CÓDIGOS DEL FÚTBOL

Dos, la petición, soterrada, de que “las cosas que ocurren en el campo, se mantengan en el campo”, es decir, en la privacidad de los vestuarios, de los colegas, de la profesión, del gremio. Vino esto a cuento porque cuando EL PERIÓDICO le preguntó si estaba preocupado porque algunos de sus jugadores, especialmente Neymar Júnior y Jordi Alba, hubiesen sido “denunciados” por el donostiarra David Zurtuza, al término del partido copero del jueves, por su actitud chulesca y provocativa, Luis Enrique dijo que era “la primera vez que oía que eso había ocurrido, me das la noticia, no lo sabía” y recalcó que “estoy muy contento del comportamiento de mis jugadores, aunque, claro, no estoy dentro del campo”.

Pero la mejor píldora fue cuando criticó (la verdad es que las críticas no han sido escandalosas ni muy numerosas, aunque su comentario sí lo pareciera) que a algunos no les guste que los jugadores, agotados ya sus mejores años de fútbol, alarguen su vida deportiva con contratos millonarios en el incipiente y rico fútbol chino. “Me parece fantástico, repito: maravilloso. Creo que los jugadores, como cualquier otro profesional de cualquier otra profesión, tiene derecho a cambiar de empresa y ganar, si se lo ofrecen, más dinero”.

CONTRATO MARAVILLOSO

Y, entonces, fue cuando miró al joven periodista Edgar Fornós, antes en Barça TV, con el que tiene (al parecer) muy buena relación y ahora nuevo en RAC-1, y le dijo: “Todo el mundo puede cambiar de empresa, de empleo, mejorar. Y así como hacen los futbolistas yéndose a China, otros ¿verdad Edgar?, cambian de medio aquí también”. Pasados unos minutos, volvió a mirar a Edgar y le dijo: “….porque espero que te habrán mejorado el contrato ¿no?, de lo contrario, por favor, cambia de representante”.

Y la siguiente pregunta del auditorio fue: ¿A usted también le gustaría prolongar y mejorar su contrato? “Mi contrato es maravilloso y muy bien valorado”.