No es que la soga le apriete todavía al Cáceres Patrimonio de la Humanidad, pero tiene algunas papeletas para acostarse esta noche con un balance de 1-4, lo suficiente como para recibir con severa incomodidad al Clavijo el viernes siguiente. De momento, hoy visita al Cafés Candelas Breogán (20.00 horas) intentando enderezar un arranque que no está siendo precisamente el soñado.

Cuando se está necesitado de ganar, visitar a un ‘grande’ es un arma de doble filo: hay menos posibilidades de lograrlo, pero si se consigue, el valor es doble. En eso anda el conjunto de Ñete Bohigas estos días.

La derrota del pasado domingo ante el Huesca dejó una huella muy negativa. Visiblemente ansioso, el equipo no ofreció una buena imagen en lo meramente baloncestístico.

Sin embargo, toca pasar página. «Hemos entrenado muy bien. El primer día hablamos y comentamos lo que pasó en el partido. Fue una sorpresa para mí y para los jugadores también. Hemos intentado abstraernos de los nervios y ha sido la mejor semana desde que empezamos a entrenar juntos», comentó ayer Bohigas antes de subirse al autobús rumbo a Lugo.

OLIVIER, BAJA / No estaba dentro del vehículo Pol Olivier. El suplente de Guille Corrales, que ya jugó magullado frente al Huesca (apenas cinco minutos), no ha mejorado de un golpe que recibió en el cuádriceps y recibirá descanso. La alternativa para subir el balón será Dani Martínez.

El técnico extremeño recogió la demanda de que haya más continuidad en las fases de buen juego del Cáceres, «como hicimos en Manresa y el Palma», pero enfrente tendrá lo que llamó «un equipazo llamado para el ascenso».

«Tienen muchísimas referencias. No se centran en nadie, desde dos bases como Ricardo Uriz y Christian Díaz, Salva Arco en el tiro y un juego interior que es seguramente el mejor de la liga. Además, han fichado a [Emir] Sulejmanovic», analizó Bohigas. Nombre veterano aunque clave es el de Guillem Rubio, pívot en sus inicios profesionales del Plasencia y que luego ha desarrollado una brillante carrera. Acaba de regresar a España tras una época en Grecia.

Bohigas no dejó en un momento de mostrar fe en el Cáceres, aunque reconoció que no tiene muy claro lo que sucedió ante Huesca. «No estuvimos a su nivel de intensidad», lamentó. También apuntó a la dificultad del calendario. «Es algo que marca mucho los inicios. Voy a intentar que tengamos calma. No quiero ver a los jugadores con esa tensión nunca más», deseó.

El técnico especificó la situación de algunos jugadores importantes, como Niko Rakocevic, que promedia por ahora 6,3 puntos y un 23,5% en triples (15 y 41,1% la pasada campaña). «Es una cuestión física, de tiempo. Hoy por hoy todavía le queda un poquito. No está al nivel de los demás y necesita mucha confianza para desarrollar su baloncesto. Cada vez está mejor, pero no sé cuándo va a ser el de la temporada anterior», dijo.

También apuntó a Rolandas Jakstas, «que le toca liderar a un equipo y eso es algo que no ha hecho nunca en su carrera», y a Robertas Grabauskas, otro que busca su sitio todavía. Sobre Ola Keshinro sí hubo elogios: «Cuando está en la cancha da el cien por cien de sus posibilidades. Necesitamos que los lituanos sumen un poquito más».

Quizás al hilo de ello, y aparte de la cuestión de Olivier, no se descartan alteraciones en la rotación y/o en el quinteto inicial. «Puede que cambien algunas cosas. Hay jugadores que han demostrado que saliendo del banquillo pueden hacerlo bien», aseveró Bohigas. Su proverbial calma volvió a salir una vez más «No me pongo nervioso. Ha habido otros momentos complicados y los hemos superado. Seguro que vamos a dar un paso hacia delante».