Los jugadores españoles desmintieron ayer cualquier atisbo de crisis y cerraron filas con su seleccionador, Luis Aragonés, quien en la víspera al partido contra Letonia, parece atrincherado en una posición de defensa frente al acoso exterior. Xavi Hernández, Fernando Torres y David Villa comparecieron en una rueda de prensa conjunta con un mismo mensaje; el equipo está unido y el seleccionador cuenta con el apoyo de los jugadores.

Fue la respuesta a tres días de concentración en Oviedo sacudidos por las versiones sobre posibles desacuerdos entre jugadores y técnico.

Y Luis Aragonés, por último, lo negó todo. Que Fernando Torres esté enfadado, que fuese él quien solicitase una reunión con los capitanes (Iker Casillas y David Albelda) para pedir que reaccione el equipo o que necesite el apoyo explícito de sus jugadores, contradiciendo la versión de la Federación sobre la comparecencia de Carlos Marchena, la víspera, en lugar de ´El Niño´ como se había anunciado.

El seleccionador asegura que no le afectan las críticas. "Yo no he perdido el control. Conozco las dificultades a la hora de vender periódicos. Se dice que hemos tenido resultados malos y hemos ganado seis partidos y empatado uno", indicó.

Aragonés afirmó que la reunión que mantuvo con Casillas y Albelda se produjo por interés de los jugadores: "No he convocado nada. Cuando acabó el partido de Islandia, los capitanes me pidieron que hablásemos. Son reuniones que tenemos a veces. La reunión es a petición de los jugadores".

También desmintió que abroncase a su plantilla en el descanso ante Islandia. "Yo no he pegado una bronca en mi vida. Soy un poco vehemente y puedo hablar más fuerte, pero sé escuchar y mi puerta está abierta a todos", destacó. Y observa alguna campaña en su contra. "Se dicen cosas que no son ciertas...pero acepto las críticas. No tengo ningún problema", agregó.