Luis Aragonés, entrenador del Atlético de Madrid, protagonizó la anécdota de la jornada al no bajar al campo de entrenamiento con su plantilla. La sesión la dirigió Roberto Simón Marina, su ayudante, aunque el propio técnico explicó luego su decisión.

"Sí he dirigido la sesión, pero desde el vestuario. Tenía trabajo y he preferido, aunque no es normal, no bajar al campo de entrenamiento. Pero están todos ya programados desde principio de temporada y no hay mayor problema", aseguró. Al entrenamiento acudieron Paulo Futre, director deportivo del club y Manolo Sánchez, su adjunto, que mostraron su apoyo a la plantilla.