El gol de David Villa en el tiempo añadido ante Suecia ha sido la mejor recompensa para una selección que empieza a creer con firmeza en sus posibilidades. Las dudas de siempre en las grandes citas empiezan a disiparse, aunque nada tendrá valor si el próximo domingo se pierde el dichoso partido de cuartos.

Una semana antes de la prueba decisiva, Luis Aragonés se mostró confiado, pero con la cautela habitual a estas alturas de campeonato. El primer objetivo ya está cumplido. Ahora queda el desafío de siempre. Antes, España se medirá el miércoles con Grecia en un duelo sin trascendencia. El seleccionador reservará a todos los titulares. No quiere correr ningún riesgo antes del examen de Viena.

Las risas y el buen ambiente marcaron el entrenamiento de recuperación de ayer. Los titulares tuvieron una suave sesión ante la mirada de los aficionados, que recibieron a los futbolistas al grito de "campeones, campeones". El estado de euforia era tal que nadie diría que aún no se ha hecho nada importante. Después del entrenamiento, los futbolistas tuvieron el día libre para desconectar y pasar unas horas con sus familiares.

La comunión que se vive en el vestuario ha influido en la decisión de Aragonés, que quiere recompensar a todos sus hombres ante Grecia. "Mi pensamiento es cambiar casi todo el equipo. Ya somos primeros y quiero dar oportunidades a toda la gente. En un grupo con esta unión se merecen jugar todos", aseguró el técnico. Si no hay sorpresas, todos los titulares descansarán y Aragonés alineará un once totalmente distinto al de los dos primeros partidos.

TEMOR A ITALIA El entrenador espera mantener la línea de los dos primeros partidos, aunque teme que se repitan situaciones como la del primer tiempo ante Suecia, cuando el equipo perdió el rumbo. "Lo importante es continuar igual, aunque sabemos que lo pasaremos mal. Tenemos confianza en nuestras fuerzas, pero sigo pensando que aún no hemos hecho nada".

En esa última reflexión, su cabeza ya estaba en Viena. De los posibles rivales, nadie quiere enfrentarse a Italia, aunque Aragonés volvió a destacar el nivel de Rumanía. Capdevila no fue tan diplomático: "No quiero ver a los italianos ni en pintura. A la hora de la verdad, siempre dan el callo", recalcó el defensa.

El seleccionador también elogió la pareja formada por Villa y Torres. El delantero del Liverpool afirmó que el asturiano será el pichichi, pero también dio un mensaje de calma. "No nos sentimos favoritos y no creo que lo seamos. Eso se gana en el campo. Ser favorito no sirve de nada. Lo importante es que este equipo trabaja y tiene fe. Las cosas no llegan por casualidad", aseguró El Niño.

Calma, cautela y tranquilidad. Son tres de los vocablos más escuchados entre la expedición española en Neustift en las horas posteriores de lograr el pase a los cuartos de final como primera del grupo D.

Han transcurrido dos años desde la última gran decepción en el Mundial de Alemania y en circunstancias muy parecidas a las que ahora está viviendo la escuadra de Aragonés.

En el país germano se comenzó con el mismo resonante éxito. España goleó a Ucrania (4-0) en el primer duelo, se deshizo de Túnez (3-1) en el segundo y venció a Arabia Saudí con los suplentes (1-0) en el tercero. Luego llegó el batacazo contra Francia en los octavos de final.

En la selección se recuerda ese capítulo y se quieren enmendar errores. "Hay que mantener la calma. A partir de ahora, comienza la verdad. Ahora es que cuando debemos demostrar que podemos", fueron algunas de las frases escuchadas a jugadores y técnico del equipo español en el segundo día libre del que han disfrutado en Neustift.