El paralelismo que podía establecer entre las despedidas de Pep Guardiola y Luis Enrique continúa. El asturianos reconoce, como su antecesor, que se siente "un poco aliviado" tras comunicar en público su marcha anticipada del banquillo del Barça, consecuencia del "desgaste" sufrido por la entidad del club y, además, la intensidad con que viven su profesión.

“Mi relación con el vestuario es ideal, diría que ha mejorado con el paso de los años. No me voy porque alguien me vaya a hacer daño o yo a alguien”

La única diferencia con Guardiola, tal vez se refiera al trato con el vestuario. El entrenador del Manchester City alegó que no pretendía evitar la erosión en la relación con los futbolistas.Luis Enrique, en cambio, ha centrado sus motivos en el cansancio personal: “Mi relación con el vestuario es ideal, diría que ha mejorado con el paso de los años. No me voy porque alguien me vaya a hacer daño o yo a alguien”.

DE SUFRIR A DISFRUTAR

El técnico asturiano ha confesado, en su segunda intervención tras anunciar que se marchaba el 30 de junio, que sufre ejerciendo de entrenador porque no sabe deconectar. Ahora, sintiéndose liberado después de asegurar que se va, y enfilando el final de su carrera azulgrana, se ha propuesto "disfrutar mis últimos tres meses, dar mi mejor versión y ganar títulos".

La Supercopa de España cayó en el zurrón en agosto. El Barça tiene muy cerca la Copa del Rey (jugará la final ante el Alavés), se ha recuperado en la Liga (es líder y depende de sí mismo, aunque el Madrid ha jugado un partido menos) y aún conserva la ilusión en la ChamPions ante el PSG. El próximo miércoles 8 de marzo afronta la vuelta con na deventaja de 4-0 de París.

"Estoy un poco más aliviado y focalizando la atención en este final de temporada apasionante por lo que significa y los objetivos que buscamos“, ha dicho Luis Enrique, que ha recuperado la placidez y el optimismo por la progresión experimentada por el equipo. A la derrota europea, la única en los últimos 14 partidos, la han sucedido tres victorias. "Cuando hay dificultades es importante recuperar la confianza con el juego y los resultados, y ahora estamos en ese proceso", ha admitido.

LAS GOLEADAS DEL CELTA

Ese apasionante final de temporada se inicia con la visita del Celta, el único equipo que le ha metido cuatro goles al Barça dos veces, ambas en Balaídos (4-1 y 4-3). Aquella fue la última derrota liguera del Barça. el pasado 2 de octubre en la jornada 7. Luis Enrique encendió la alerta sobre la llegada de un rival que les exigirá el máximo nivel por su particular dispositivo táctuico en el que plantea duelos "de uno contra uno por todo el campo, excepto los centrales".

"Cada vez que nos ha ganado el Celta ha sido jugando bien a fútbol, que es algo difícil de ver; otros lo intentan ganarnos haciendo trampas, entre comillas, poniendo trabas y obstáculos", ha comentado, sin precisar ni dar nombres. Tal vez se refiriera al Atlético de Madrid, que en el último encuentRo del Calderón no cortó la hierba ni la regó para impedir la mayor velocidad de balón del Barça.