Eramos muchos y parió El Abuelo. Cuando España aún saborea el mayor éxito futbolístico de los últimos cinco lustros, cuando queremos seguir instalados en esa nube que atraviesa la delicada línea entre unos cuartos y una semifinal, cuando la España futbolística se mira orgullosa y saca pecho, el Fenerbahçe anuncia el fichaje de Luis Aragonés por dos temporadas. Según todos los indicios, a instancias del seleccionador, para acabar con la rumorología en torno a su renovación. ¿Qué necesidad tenía? ¿No podía esperar los cinco días que quedan de Eurocopa?

Ya me pareció lamentable que Scolari, seleccionador portugués, anunciase su fichaje por el Chelsea en plena Euro. Esto es peor. El día que en Turquía se juega el partido más importante de su historia, encima contra Alemania, el club bandera del país, el Fenerbahçe, se apresura a sacar una nota pública con el fichaje del seleccionador español, que esta noche dirigirá desde la banda el partido más importante de su larga vida.

Intuíamos que a Luis le gustaba el foco, buscar la cámara para hacer su numerito, para agarrar por la pechera a Etoo, para decirle a Romário que le mirase "a los ojitos", para estimular a Reyes mentando el color de la piel de Henry, para dimitir y luego echarse atrás.

Luis iba a salir por la puerta grande de la selección, como entró, por cierto. Sus números son los mejores de un seleccionador español. El Sabio empieza a encontrar acérrimos defensores, muy respetables, entre el periodismo y la afición. El anuncio de su marcha ni hace equipo ni centra el foco en el partido trampa ante la Rusia de ese primor llamado Andrei Arshavin.

Esperemos que España pase, que no estropee la mística, que preferimos las pasiones de los millones de aficionados que se sientan frente a la tele para cantar el gol de la victoria, que hacen planes para salir a ver el partido en pantallas gigantes o para visitar la fuente de su ciudad. No le quito ni un ápice de su mérito en devolver a un equipo donde antes había una selección. Pero nos importa un bledo su futuro ymuchísimo su presente. Su pasión turca no es el tema y tal.