"Me encantaría volver al Cacereño para jugar en Segunda División, en mi casa, en mi tierra". Quien dice estas palabras es Luis Miguel Gracia Luismi (Cáceres, 18-7-1983), que conserva la esperanza de que en un par de años el conjunto verdiblanco pueda jugar en la categoría de plata del fútbol español. Este cacereño hizo las maletas con tan solo 17 años para cumplir su sueño, el de ser futbolista. Cambió Cáceres por Barcelona, el Cacereño por el Espanyol. Y su apuesta le salió bien, pues con el club perico ha debutado en Primera.

Sus inicios en el mundo del balompié fueron en el Cacereño Atlético, de donde pasó, con 11 años, a las categorías inferiores del Cacereño. Lo hizo de la mano de Angel González y Vicente Parra. Pronto llegó al primer equipo. Con tan solo 15 años era jugador de la primera plantilla y había pasado por todas las categorías de la selección extremeña de fútbol, de la que era el capitán.

La gran oportunidad

Con 17 años le llegó su gran oportunidad de hacer realidad sus sueños. El Espanyol, un equipo de Primera, le llamó a filas para que siguiera progresando en su cantera. "No me lo pensé dos veces", recuerda Luismi, que vio ahí su gran ocasión para seguir formándose. Tras unos meses muy duros, en los que fue apartado del equipo, se marchó a tierras catalanas.

Pero Luismi "no olvida" sus orígenes y a todos los amigos que dejó atrás, entre ellos su excompañero Fali, que falleció hace unos años en un trágico accidente de tráfico. "Me acuerdo mucho de él; es uno de mis apoyos en los malos momentos", confiesa.

Una vez en Barcelona, "los primeros meses fueron muy complicados". "Todo era diferente, el nivel de exigencia era mayor, la ciudad era más grande", dice. Y a todo esto añade la falta de su familia, a la que siempre ha estado muy unido. Pese al duro inicio, no se arrepiente de nada. "El Espanyol es el club que me ha dado la oportunidad de formarme como futbolista y como persona". Y en el que, de no haber sido por una grave lesión, tendría un contrato para jugar en el primer equipo.

La desgracia le llegó jugando un partidillo con el filial. Se dio un golpe en la rodilla y tuvo que pasar por el quirófano. Después de cinco meses volvió a jugar, pero a los ocho meses de estar activo volvió a recaer, lo que le llevó de nuevo ante los cirujanos. "El último año y medio ha sido muy complicado".

Durante su juventud, Luismi fue un fijo en las categorías inferiores de la selección extremeña. Recuerda que cuando le llamaron de la Federación Extremeña para comunicarle que habría una selección absoluta se "emocionó mucho". "Me hizo una ilusión tremenda. Siempre pensé por qué Extremadura no tenía una selección absoluta". Recuerda el primer partido del combinado extremeño frente Guinea Ecuatorial. "El día que pasamos fue genial, lo recordaré siempre". Y no es para menos, pues el primer gol de la selección extremeña en su historia es suyo.