"Estoy más tranquila si la televisión se fija en otro pilotos". Extraña reflexión para una madre, la de Fernando Alonso, mientras se dirigía al motorhome de Renault para ver la carrera. Extraña, pero sabia: "Cuando se fijan en un piloto es que pasa algo". Y las cámaras se centraron en Alonso a mitad de carrera, y lo hicieron, como bien presagió su madre Ana, cuando padeció problemas.

Su hijo se había quedado sin neumáticos, los había degradado tanto que la luz roja de la trasera de su R25 se encendió como hace en todos los F-1 cuando llueve. Pero en Mónaco lucía un sol primaveral. La señal luminosa se encendió porque el sistema de control de tracción de su coche había detectado las mismas condiciones de adherencia de una pista mojada. No llovía en Montecarlo, todos los pilotos conducían sobre seco. Todos menos Alonso, que con sus neumáticos hechos puré rodaba como si las calles del Principado estuvieran deslizantes.

"Nos hemos equivocado en la elección de neumáticos", dijo tajante Flavio Briatore para explicar el tormento al que se vieron sometidos sus pilotos. Alonso se subió a su coche pensando que "podía luchar con Kimi por la victoria" y, después de la vuelta 20, "creía que no podría acabar". En dos o tres ocasiones estuvo a punto de empotrarse contra el guardarraíl, pero sacó a relucir todo su talento y se agarró a las ventajas del trazado urbano. "Con los neumáticos totalmente degradados, en otro circuito hubiera sido doblado. Aquí he logrado cinco puntos que quizá sean de oro".

Cambios en el coche

Lo curioso es que Renault eligió el compuesto de goma más duro entre los tres seleccionados para acudir a Mónaco. De hecho, McLaren y Williams, que también montan Michelin, optaron por otros más blandos. Una razón para explicar la degradación en las gomas de Alonso y Fisichella tenía que ver con haber realizado el repostaje 15 vueltas antes de los previsto para aprovechar la ralentización de la carrera por el coche de seguridad, lo que suponía 30 kilos más de sobrepeso en el monoplaza. Alonso lo rechazó de forma rotunda: "La estrategia fue buena. Cuando se fue el coche de seguridad, Kimi sólo me sacaba 13 segundos. Si los neumáticos se hubieran comportado hubiera podido ganar". El finlandés aún debía hacer una parada.

¿Dónde estuvo el error? "Tendremos que analizarlo", se limitó a decir Pat Symonds, el ingeniero jefe de Renault. En su empeño por conseguir mayor tracción en un circuito tan lento, los técnicos del equipo de Alonso variaron tanto la configuración del coche que acabó destrozando los neumáticos posteriores en la aceleración tras cada curva lenta. Pilotos e ingenieros estudiaron el problema tras el gran premio.

Inquietud, sí; preocupación, también. Pero mucho optimismo. Y así lo demostró el piloto ovetense. "Si Kimi gana las próximas 10 carreras y yo quedo segundo, aún seguiré siendo líder. Y Kimi no va a ganar las próximas 10 carreras", dijo Alonso tras "haber sacado un cuarto puesto de la nada". De hecho cree firmemente que "seguimos en una posición óptima".Crisis en FerrariRaikkonen también ha cogido moral. "Ganar siempre es fantástico, pero Mónaco es aún más especial. Hemos ganado otra batalla en la lucha por el campeonato". Y esa lucha será larga, aún quedan 13 grandes premios para un duelo entre dos, ya sólo entre dos: Raikkonen y Alonso. El desastre de Ferrari ha desembocado ya en luchas internas. Ayer los dos pilotos se tiraron los trastos. "Es impropio de un campeón rebasarme como lo hizo", dijo indignado Barrichello sobre Schumi .Cracks y saludosDiego Armando Maradona, que estuvo en el Festival de Cannes, se dejó ver por Montecarlo. Fue a saludar a Fernando Alonso, cuya jefa de prensa, Patricia Spinelli, le dijo que el asturiano no podía atenderle. Alonso, eso sí, estrechó la mano de dos

"Ganar siempre es fantástico, pero Mónaco es aún más especial. Hemos ganado otra batalla en la lucha por el campeonato". "Es impropio de un campeón rebasarme como lo hizo", Schumi

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