Los efectos secundarios de que se cerrase el Vicente Calderón están en el ambiente. Mercedes Coghen, consejera-delegada de Madrid 2016, en la foto, reclamó ayer a Ángel Villar, presidente de la federación española de fútbol (RFEF), que "trabaje" para que la clausura del Calderón y el veto al Bernabéu por el clima antirracista no genere una imagen negativa que afecte a la candidatura olímpica de la ciudad madrileña. "Madrid 2016 está preocupada", admitió la ejecutiva del proyecto, quien luego reclamó "al mundo del fútbol, y a los jugadores, que reaccionen con cierta prudencia".

Pero el temor existe porque, además, esa sucesión de acontecimientos negativos están minando la imagen de la candidatura madrileña. "Si Madrid 2016 fuese una candidatura perdedora, no pasaría nada", explicó ayer Alejandro Blanco, el presidente del Comité Olímpico Español (COE), recalcando las repercusiones que puede tener. "Es un dato malo para Madrid, pero esto no ocurre en otros deportes. Hay que erradicarlo donde está", dijo en referencia a las acusaciones de racismo, recordando luego que "Madrid es una candidatura ganadora".

Esa inquietud que tiene la candidatura y el propio Comité Olímpico Español no es, sin embargo, compartida por el Gobierno español. "No creo en conspiraciones universales. Madrid 2016 es muy fuerte. La sanción es excesiva", dijo Mercedes Cabrera, ministra de Educación y Deporte.