La primera asamblea de la Federación Española de Fútbol (RFEF) después del Mundial fue un baño de masas para Villar. Con la copa en lo alto de una plataforma decorada en rojo, la atención se centró en el calendario de Liga, con el clásico como estrella. Curiosamente, el orden de los enfrentamientos es el mismo que en los últimos años. El Barça-Madrid se jugará el 28 de noviembre y el de la segunda vuelta, que acostumbra a ser más decisivo, será otra vez en el Bernabéu ( 17 de abril) a falta de seis jornadas para el final, una menos que la pasada temporada.

Después de la publicación de un calendario fantasma en la web de la federación el lunes, la expectación era máxima en el salón Luis Aragonés, con Del Bosque como centro de atención. Fernando Garrido, jefe de prensa de la RFEF, certificó que el sorteo era el válido. "Este es el único sorteo que existe, pruebas aparte. Se lo puedo asegurar", dijo. No hubo coincidencias con el que apareció en la web.

Sandro Rosell y Jorge Valdano subieron a la tribuna para dar luz verde al último enfrentamiento liguero.

El presidente del Barcelona felicitó a la federación y a Villar por el Mundial. Fueron sus únicas palabras y delegó en el directivo Javier Bordas que se refirió al fichaje de Cesc Fábregas: "No es un problema de cifras, es que el Arsenal no lo quiere vender", declaró el azulgrana.

EL BARÇA, FAVORITO Valdano habló del favoritismo azulgrana, "aunque tendremos el honor de volver a luchar contra ellos e intentar desbancarlos", declaró el madridista.

Previamente, un Angel María Villar exultante se felicitaba por el éxito en el reciente éxito en Mundial de Suráfrica. "Sabíamos que un día levantaríamos esta copa. Somos depositarios de la mayor gesta del fútbol español.

Somos los mejores", dijo el eufórico presidente de la RFEF, que posteriormente vio aprobado por mayoría el presupuesto del 2010 (101 millones de euros en total) y las cuentas del año 2009, con un beneficio total de 838.238 euros.