REAL MADRID: Iker Casillas; Sergio Ramos, Cannavaro, Pepe, Marcelo; Diarra, Sneijder (Guti, m.46), Baptista, Robinho (Robben, m.46); Raúl y Van Nistelrooy (Higuaín, m.74).

LAZIO: Ballotta; Scaloni, Siviglia, Cribari, De Silvestri; Ledesma (Baronio, m.46), Mudingayi, Mutarelli, Menghi (Manfredini, 63); Rocchi y Pandev (Makinwa, m.81).

GOLES: 1-0, m.13: Baptista. 2-0, m.16: Raúl. 3-0, m.36: Robinho. 3-1, m.80: Pandev.

ARBITRO: Massimo Busacca (SUI).

INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la última jornada de la fase de grupos de Liga de Campeones.

El Real Madrid rompió con el pasado y selló su pase como primero de grupo a octavos de final de Liga de Campeones, con festival goleador y diversión en el estadio Santiago Bernabéu, a costa de un débil Lazio, el día que Bernd Schuster castigó a Guti en un encuentro vital.

El Real Madrid no podía fallar. No había excusas para sentenciar una clasificación que debía haber certificado un mes antes. Instalado en uno de los grupos más asequibles, perdonó dos oportunidades, en Grecia y Alemania. Ante el Lazio era obligado ganar, pese a que las matemáticas concedían más margen.

Nació el partido con un Real Madrid dubitativo y un Lazio lanzado. Los italianos pisaron en tres ocasiones el área de Iker Casillas, en una de ellas con remate de Rocchi pegado al palo. Pero apareció Baptista e instaló la calma.

Recibió el balón en el minuto 13, en la frontal con el gol dibujado en su cabeza. Lo plasmó a la perfección. Control orientado, un toque para armar el disparo y gol. El primer puesto de grupo estaba asegurado porque tres minutos después el Lazio se tambaleó y el más listo de la clase, Raúl, lo aprovechó.

HACIENDO HISTORIA El capitán madridista engordó sus números como máximo goleador de la historia de Liga de Campeones y marcó, de cabeza, su tanto 59, en el segundo palo, tras jugada de estrategia en un saque de esquina.

El Lazio llegaba con la bandera de un fútbol alejado del típico del que se desarrolla en la Liga italiana. La comparte con la Roma, pero ayer se la dejó en casa.

Blando en defensa y con poca pegada, se despidió de Europa concediendo un gol, el tercero, de patio de colegio. Van Nistelrooy tuvo tiempo dentro del área para pensar y regalar el gol a Robinho.

El madridismo estaba satisfecho, el partido estaba sentenciado y Schuster concedió descanso a Sneijder y Robinho.

Saltaba Guti en la reanudación con el gesto torcido, para demostrar que es compatible con Baptista. Para ello sobra Sneijder, que brilló en el tiempo que estuvo sobre el césped y corrió lo que no estaba dispuesto a hacer el segundo capitán.

Se divirtió el Real Madrid en el inició de la segunda parte, antes de dejarse llevar por el resultado. Guti dio velocidad y precisión en el pase. Robben puso las ganas de agradar.

Con el conjunto italiano dudando en buscar el gol de la honra o contar los minutos hasta el final, Van Nistelrooy y Robben perdonaron y el equipo romano aprovechó un despiste de la zaga para marcar a diez minutos para el final del encuentro, con Pandev remachando a placer un remate picado de Rocchi.

SIN PREOCUPACION Poco importaba para un Real Madrid satisfecho por evitar males del pasado en el cruce de octavos. Primero de grupo, jugará el encuentro de vuelta en el estadio Santiago Bernabéu, donde gana todo lo que juega y, sin embargo, se corea el nombre de Iker Casillas. En la noche de ayer el portero cerró el partido salvando un penalti con dos paradas marcas de la casa.