Real Madrid: Iker Casillas; Cicinho, Sergio Ramos, Raúl Bravo, Roberto Carlos; Beckham, Guti (Gravesen, min.81), Baptista, Robinho; Zidane (Raúl, min.72) y Ronaldo (Cassano, min.77).

Deportivo de La Coruña: Molina; Héctor, Coloccini, César, Capdevila; Víctor, Sergio (De Guzmán, min.46), Duscher (Manuel Pablo, min.72), Munitis (Gallardo, min. 46); Iago y Tristán.

Goles: 1-0. Min. 9. Héctor, en propia meta. 2-0. Min. 37. Ronaldo. 3-0. Min.70. Sergio Ramos. 4-0. Min. 82. Baptista.

Arbitro: Daudén Ibáñez (Comité aragonés). Mostró cartulina amarilla a Guti, Gravesen del Real Madrid, y a Duscher, César, del Deportivo.

Incidencias: 70.000 espectadores acudieron al estadio Santiago Bernabéu en una buena tarde de fútbol.

El Real Madrid firmó un segundo tiempo interesante y se aprovechó del Deportivo más débil de la última década para asegurar la segunda plaza en la Liga. Ganó el Madrid a un Deportivo a la deriva, con una actuación estelar de Cicinho, un tipo que tiene hambre de fútbol, que aparece por todos los rincones del campo y con ganas de ser alguien en el fútbol.

El Madrid se encontró enseguida con la mejor medicina que podía encontrar: un gol madrugador, que no podía ser de otra forma tal y como iba el partido en ese momento: en propia meta. Héctor, en un buen saque de falta de Beckham, desvió la pelota y sorprendió a Molina.

Al Madrid le costó hilvanar fútbol el primer tiempo. Eso sí, ha recuperado las bandas como patrón de juego. Y por ahí, Cicinho y Robinho, cada uno a su manera, dan fuelle al equipo. Cicinho da muestras de querer toda la banda para él. Actuó de lateral, pero se comió a Beckham. Hubo acciones donde dobló al inglés llegando desde atrás. Y también hizo alguna brasileñada como perder un balón en su área al intentar hacer un túnel.

Y Robinho es imprevisible. Tiene chispa, pero es capaz de lo más grande y también de lo peor. Es un futbolista con cualidades, pero con un nivel de mejora indudable. No elige a menudo la mejor opción en carrera, se precipita en la entrega o abusa de individualismo. En alguna ocasión sacó de quicio a Beckham.

El partido fue irregular, con un público que se conforma con casi nada. Cualquier detalle es aplaudido en el Bernabéu, que ha bajado mucho el listón de exigencia. El Deportivo exhibió un perfil técnico especialmente bajo.

Víctor fue el único que intentó la remontada, sin éxito eso sí, en sus lanzamientos desde fuera del área. Mención especial merece Ronaldo. Capaz de estar fuera del partido, de ser silbado por la grada por su desgana y de aparecer de repente, marcar a placer el 2-0 y reanimarse. El público del Bernabéu aplaude cualquier cosa. Y Ronaldo en cuanto hace algo, la gente se lo agradece.

SEGUNDA PARTE Tras el descanso, el Madrid borró del mapa al Dépor. Caparrós intentó cambiar con lógica el desastre del primer tramo. Entraron De Guzmán y Gallardo. Se fueron Sergio y Munitis. Pero el Deportivo, desde luego, seguro está a años luz de lo que sueña Joaquín Caparrós.

Fue una caricatura el Deportivo. El Madrid comenzó a tocar, Zidane se divirtió y el Madrid se gustó, con ocasiones para todo el mundo. Para Baptista, para Robinho, para Ronaldo. En todas apareció Molina, que aún tiene cuerda. Salvo en el gol de Sergio Ramos, que de cabeza, mandó a la red un pase de Beckham. Era el 3-0 y el fin del peor Deportivo que ha pasado en los últimos años por el Bernabéu. En pleno festival del Madrid, hasta Baptista acertó hoy con un libre directo. Y hubo minutos para que Gravesen sacudiera una entrada ´salvaje´ a De Guzmán que mereció la roja.