DINAMO KIEV: Shovkovskyi; Ghioane, Gavrancic, Rodolfo, Sablic, El Kaddouri (Nesmachniy, m.68); Gusev (Leko, m.88), Yussuf, Diogo Rincón; Kleber y Verpakovskis (Cernat, m.78).

REAL MADRID: Iker Casillas; Salgado, Helguera, Pavón, Roberto Carlos; Zidane, Guti; Figo (Solari, m.94), Owen (Celades, m.61), Raúl; y Ronaldo (Morientes, m.89).

GOLES: 1-0, M.13: Yussuf. 2-0, M.23: Verpakovskis. 2-1, M.38: Raúl. 2-2, M.44: Figo, de penalti.

ARBITRO: Kyros Vassaras (GRE). Amonestó a Diogo Rincón, Ghioane, Verpakovskis, Rodolfo, Yussuf y Figo.

El Real Madrid consiguió salir vivo de Kiev y mantener intactas sus opciones de estar en los octavos de final de la Liga de Campeones, al arrancar un empate a dos en un partido que tuvo prácticamente perdido cuando el Dinamo se situó con un 2-0 antes de la media hora de juego.

Una vez más, lo mejor para el conjunto de Mariano García Remón fue el resultado, que le permite depender de sí mismo para superar esta liguilla, porque el juego volvió a ser muy pobre pese a que fue el dueño del balón casi toda la contienda.

En esta ocasión, a su favor se presenta la capacidad de reacción después de ver cómo el Dinamo de Kiev aprovechaba todo lo que había fallado en la anterior jornada en el Santiago Bernabéu, aunque bien es verdad que también falló alguna que otra gran ocasión, en la que se estrelló de nuevo ante Casillas.

El meta, pese a los goles encajados, volvió a ser un seguro de vida para el equipo de García Remón cuando el equipo de Josef Szabo tuvo la frescura suficiente para llegar al área.

GRAN RAUL El otro artífice de este empate fue Raúl González. El capitán, en una labor abnegada y sacrificada, trabajó a destajo en el medio del campo, tanto para construir como para destruir. Y en esta ocasión lo adornó con el primer gol, al batir con un disparo colocado a Shovkovskyi, y con el pase a Ronaldo que significó el penalti del 2-2 con la transformación de Luis Figo.

Ambos goles neutralizaron el acierto anotador del Dinamo en la primera media hora con los tantos del nigeriano Yussuf Ayila -su disparo rozó en Pavón y despistó a Casillas- y del letón Maris Verpakovskis y dieron oxígeno a un Real Madrid que había controlado el balón casi a su antojo pero sin ninguna profundidad.

El Dinamo, con trabajo y un juego rápido y atrevido, tuvo en sus manos sentenciar su clasificación y dejar al Real Madrid al borde del k.o., pero la aparición de Raúl, como otras muchas veces, lo evitó.

El 2-2 con el que se llegó al descanso era un premio quizá excesivo para el conjunto español, porque su imagen, con la única excepción de las jugadas de los dos tantos, fue pobre ante un Dinamo demasiado cándido.

El intervalo sirvió para dormir el partido. El brasileño Kleber se empeñó en fallar todo lo que podía y el Madrid optó por mantener el control del balón para esperar alguna ocasión propicia para rematar la remontada.

SIN ATAQUE Salvo una internada de Figo y otro disparo del luso que desvió Shovkovskyi, el conjunto de García Remón no dio señales en ataque. Ronaldo estuvo desaparecido en combate entre los defensas locales y Raúl bastante tuvo con tapar todo lo que podía en mediocampo.

Albert Celades irrumpió en el campo en lugar del inglés Michael Owen para incrementar el control de la medular y el encuentro discurrió hasta el final entre las inocentes intentonas del Dinamo y las imprecisiones madridistas, porque aunque Guti se vio más aliviado con la entrada del andorrano Zidane tampoco apareció en su esencia.

Por lo tanto, el Dinamo no pudo cumplir su sueño de sellar su pase a octavos y el Real Madrid salió ileso de esta difícil afrenta, más con un 2-0 adverso a las primeras de cambio, aunque sin esbozar una reacción positiva.