REAL MADRID: Iker Casillas; Míchel Salgado, Pavón, Raúl Bravo, Roberto Carlos; Beckham (Guti, m.80), Helguera; Figo, Raúl, Zidane (Solari, m.46); y Ronaldo (Portillo, m.86).

MURCIA: Bonano; Juanma, Cuadrado, Loeschbor, Clavero; Acciari, Jensen; Richi (Gancedo, m.64), Luis García, Míchel (Diego, m.64); y David Karanka.

GOL: 1-0, M.8: Raúl.

ARBITRO: Fernando Teixeira Vitienes (Comité Cántabro). Amonestó a Míchel, Helguera, Loeschbor, Pavón, Guti y Solari.

INCIDENCIAS: 2.000 murcianistas en las gradas del estadio madridista.

El Real Madrid cuajó un pésimo partido ante el Murcia, un equipo que mereció mucho más que la derrota y que estuvo muy cerca de asaltar el fortín del Santiago Bernabéu, pero al final valió el solitario gol de Raúl González para acabar la primera vuelta como local con pleno.

El inicio de 2004 para el conjunto de Carlos Queiroz fue un nuevo capítulo en lo que le está ocurriendo esta campaña. Gana, pero con agonía. Su rival, sobre el papel muy inferior, trabaja como para puntuar, pero acaba sucumbiendo de forma injusta.

Los hombres del luso Carlos Queiroz anduvieron demasiado

sobrados al verse tan temprano con el marcador a favor por el gol de Raúl González, para quien no hay pachangas.

ZIDANE, TOCADO El Real Madrid se manejó más que relajado y ni siquiera le espolearon las llegadas murcianistas. Zinedine Zidane, quien recibió un golpe en los primeros compases y tras un primer periodo irregular dejó su plaza a Solari, lideró algunas de las puntuales y esporádicas acciones brillantes.

El inglés David Beckham, Iván Helguera, Raúl y Ronaldo pudieron acabar con el partido y con el sueño del Murcia de puntuar en el Bernabéu, pero no lo consiguieron y los de Peiró siguieron con vida ante un oponente demasiado contemporizador.

El Murcia, en el que debutó de salida el guardameta argentino Roberto Bonano y luego su compatriota Pipa Gancedo, no supo aprovechar el sesteo blanco ni la ausencia tras el descanso de Zidane y que incluso protestó como penalti una acción de Pavón.

Esta jugada espoleó al cuadro de Peiró, que entonces sí que se decidió a aprovechar las facilidades concedidas por el Real Madrid, que carecía de rumbo y era una caricatura. Al menos el espectáculo ganó enteros en cuanto a la emoción por lo ajustado del resultado y por cómo discurrían los acontecimientos.

El Murcia mereció mucho más, tanto que gozó, a cinco minutos del final, de una gran oportunidad, en un lanzamiento de falta de Luis García, pero el larguero le arrebató la gloria.