REAL MADRID 2: Iker Casillas; Míchel Salgado, Hierro, Helguera, Roberto Carlos; Figo, Makelele, Guti, Zidane; Ronaldo (Portillo, m.50) y Morientes (Solari, m.79).

JUVENTUS 1: Buffon; Thuram, Iuliano (Pessotto, m.46), Ferrara, Birindelli; Nedved (Di Vaio, m.82), Conte, Tudor (Camoranesi, m.80), Zambrotta; Del Piero y Trezeguet.

GOLES: 1-0, M.23: Ronaldo. 1-1, M.45: Trezeguet. 2-1, M.73: Roberto Carlos.

ARBITRO: Terje Hauge (NOR). Amonestó a Birindelli (m.29), Iuliano (m.30), Zambrotta (m.35), Conte (m.57) y Ferrara (m.79).

INCIDENCIAS: Juan Carlos I, en el palco.

Roberto Carlos, con la única bomba que enganchó bien en todo el partido, sacó al Real Madrid del atolladero en el que se había metido ante la Juventus y su equipo acudirá al menos con un 2-1 a Delle Alpi en busca de una plaza en la final de la Liga de Campeones.

El brasileño enganchó un poderoso zurdazo en un momento sumamente importante, porque quedaba poco más de un cuarto de hora para el final y el equipo italiano manejaba la contienda con experiencia y una labor de conjunto modélica.

Al final ese gol es una corta ventaja, pero ventaja al fin y al cabo. Un 1-0 clasifica al Juventus, pero los de Marcello Lippi ya saben lo que es caer en su feudo (ante el Manchester United) o al menos sufrir en exceso (ante el Deportivo y el Barcelona).

Pocos equipos rentabilizan con tanta eficacia un duro trabajo de contención como el de Marcello Lippi. Así lo demostró, por ejemplo, en los cuartos de final en Barcelona, y lo corroboró en Madrid.

MAXIMA EMOCION

En los primeros 45 minutos tan solo llegó en un par de ocasiones con peligro, en ambas con David Trezeguet como protagonista. Trezegol cruzó el balón en la primera y no malogró su opción en la segunda, que además se produjo después de que Fernando Morientes hubiera mandado alto un gran pase de Ronaldo y justo antes del descanso.

El resto, aún con algunas fases más planas, tuvo a Zinedine Zidane y compañía como protagonistas. El cuadro de Vicente del Bosque, que sorprendió a todos con Morientes en el once titular junto a Ronaldo, mandó y dominó, pero sólo pudo crear peligro ante Gianluigi Buffon cuando fue imprevisible.

Es decir, que inquietó a los de Lippi cuando Zidane, Ronaldo, Guti y Figo inventaron , porque el trabajo defensivo de todo el Juventus dio, por regla general, sus frutos, con solidarias ayudas de todos los peones y eso que le faltaban hombres de la importancia, por ejemplo, de Paolo Montero y Edgar Davis.

El Real Madrid no es que se sintiera muy cómodo, pero al menos sí que pudo hilvanar, siempre bajo la magistral batuta de Zidane, acciones que parecían desequilibrar el partido.

Buffon ratificó su fama de uno de los mejores porteros del universo a un lanzamiento de falta de Zidane, pero no pudo impedir una llegada letal de Ronaldo a los 23 minutos, con lo que el Madrid se adelantó.

El 1-0 fue el fruto a los momentos de mayor inspiración de los blancos, que no pudieron rematar la faena, sobre todo con el remate elevado de Morientes, y lo pagaron en el segundo zarpazo juventino de Trezeguet.

RONALDO... Y ROBERTO CARLOS

Las malas noticias no llegan casi nunca solas. Ronaldo, lesionado, tenía que abandonar el campo nada más iniciarse el segundo periodo. Del Bosque, en vez de reforzar la medular para dar más aire al juego de su equipo, optó por el cambio natural y entró el joven Javier Portillo.

Todo ello significó un cóctel nefasto para los intereses del Real Madrid, porque el conjunto de Del Bosque perdió el balón y el sitio, lo que permitió a la Juventus crecer, no solo hacia atrás sino también hacia delante, con los inquietantes Del Piero y Trezeguet.

La aportación de Zidane bajó algo y aunque Figo trató de desequilibrar por una y otra banda lo cierto es que la Juventus estuvo muy cómodo con alguna acción aislada, como una a la que no pudo llegar Portillo tras un centro de Roberto Carlos.

Y fue el brasileño el que alivió a su equipo del atolladero en el que estaba metido, porque comenzaba a sufrir más de la cuenta, y es que el conjunto, el trabajo ordenado, podía con las individualidades.

El gol reabrió el sueño de la décima Copa de Europa para los madridistas. Quedaba algo más de un cuarto de hora y la luz se hacía en la escuadra de Del Bosque. Zidane reapareció y todo el equipo buscó un marcador más positivo par la vuelta, aunque sin descuidar la zaga porque estaba un señor conjunto.

No pudo el Real Madrid ampliar su ventaja, pero al menos la mantuvo con esfuerzo atrás y poco acierto en sus llegadas ante Buffon, sobre todo en varias jugadas consecutivas al final que no encontraron la precisión en el remate. El empate dejaba un sabor raro a los blancos.