EXTREMADURA 1: Flavio Frangella; Jairo, Romerito, Alvaro Cámara, Samuel; Lolo, Marco; Capi (Pedro José, M. 79), Manuel (Elías, M. 73), Raúl García (Pichi, M. 46) y Roberto.

MALAGA B 1: Calatayud; Manolo, Abel, Mario, Calderón; Juanma, Juanito, Capa, Nacho (Paco Esteban, M. 60); Roberto Merino (Gabi, M. 89) y Koke (Matías, M. 82).

GOLES: 0-1 M. 30: Roberto Merino. 1-1 M. 49: Marco.

ARBITRO: Santiago Cuesta Ferrero (Madrileño). Regular. Estuvo a merced de sus asistentes que le llevaron el partido (1). Amonestó a Marco (70´), Mario (71´), Romerito (72´) y Pedro José (95´).

Con un solo punto, y hay quien añadiría el típico y gracias , tuvo que contentarse ayer el Extremadura después de que pasase por Almendralejo el equipo, quizás, más en forma del grupo, que ya es decir. El Málaga B de Antonio Tapia es un bloque lustroso, serio y veloz, con una pinta estupenda y con un barniz añadido de buen fútbol que puso las cosas muy cuesta arriba a los de Francisco a nada que tomaron contacto con el césped del Francisco de la Hera.

Es verdad que los azulgranas comenzaron el duelo con esa declaración de intenciones que cada jornada que en ocasiones les llevó a ponerse muy pronto por delante en el marcador, pero no lo es menos que en cuanto el choque consumió minutos de reloj se fueron deshaciendo como un azucarillo en el café.

El filial malagueño, ayer vestido de negro quizás para refrendar su alternativa de oscurecer de salida a un Extremadura venido a menos, se colocó más que aseadamente, movió el balón con criterio y sacó los colores a un Extremadura que a duras penas se quitaba de encima el castigo que se le venía encima.

Advirtió Roberto Merino, en una buena acción del dombenitense Juanma (m. 11), pero aguardó a que los locales dilapidasen una excelente ocasión, además por partida doble, para inaugurar. Vamos por partes. Cuando el cuadro almendralejense parecía sacudirse el dominio visitante y en la única opción con verdadero peligro ante Calatayud, ni Capi, ni Manuel, acertaron con la portería y como premio sólo se llevaron sendos uy del público. Era el minuto 27, sólo tres después la amenaza se convirtió en realidad y el propio Roberto Merino firmó el 0-1 aprovechando un error en cadena de la zaga local. El Extremadura, que de por sí no estaba cómodo y que además seguía evidenciando sus limitaciones en ataque, se vio obligado a mover ficha en el descanso. Y la movió Francisco. Retiró a un estéril Raúl García y dio entrada a Pichi, un juvenil con un futuro impresionante. Le dio la banda diestra a Roberto, colocó en la siniestra a Capi y a Manuel entre líneas.

LLEGA EL EMPATE LOCAL

El efecto fue demoledor y el Extremadura cambió radicalmente. El timorato equipo encimado por el filial pasó a ser dominador, las bandas fueron terreno abonado y al centro del campo empezó a carburar. El resultado tampoco se hizo esperar. Una buena jugada por banda, con Roberto habilitando a Jairo que lo doblaba, un centro medido y el remate de cabeza de Marco para empatar (m. 49).

Pero los azulgranas habían dilapidado medio partido y habían entrado tarde en el mismo. Por eso se quedaron sin tiempo, por eso tuvieron que resignarse al premio de un sólo punto. Y es que el marcador ya no se movió a pesar de que los de Francisco crearon ocasiones para desnivelar, jugando casi siempre un fútbol directo y con Cámara de segundo delantero. Tampoco pudo hacerlo ese Málaga B de envenenados contragolpes.