No hay que fiarse del segundo mejor tiempo del día para Fernando Alonso, a solo seis milésimas de Heikki Kovalainen. Es solo un viernes, un día de pruebas en el que Renault trabajó con poca gasolina, al contrario que Brawn, Red Bull y Ferrari. Todos los equipos han introducido mejoras, pero mañana Jenson Button seguirá siendo el gran candidato al triunfo en el Gran Premio de Turquía (14.00 horas, La Sexta).

"Estamos en un grupo con Williams, Toyota, McLaren... que puedes estar 7º o el 13º". Es el análisis de Fernando Alonso, un pronóstico que no invita al optimismo, pero que él revaloriza. "No me aburre luchar en estas posiciones. En la crono hay también una lucha con tu compañero, donde llevo año y pico por delante. Además, Nelsinho ganó aquí en 2006 en la GP2 por delante de Hamilton. Por tanto, no gano a un cojo, como parece a veces".

MUY POCO PUBLICO Pero la realidad es que el interés por la F-1 no es el de otros años, por los motivos externos o internos que se quieran buscar. No más de 100 personas acudieron ayer al circuito de Estambul, con capacidad para 110.000. Difícilmente mañana se llegará a los 20.000 espectadores, por lo que ya se han eliminado planos de cámara y cubierto gradas con lonas. A este paso, los 90.000 de Barcelona será el récord de la temporada.

La guerra entre la federación (FIA) y los constructores (FOTA) tampoco ayuda. Max Mosley, de quien se esperaba un mensaje conciliador, envió ayer un latigazo: "Aviso a las escuderías: si queréis tener vuestras normas, organizad vuestro campeonato. La FIA ha confeccionado las reglas durante 60 años y lo seguiremos haciendo así", dijo el presidente de la FIA. Los equipos quieren mantener el reglamento hasta el 2012 y evitar el límite presupuestario. "Si esto no es posible, deberemos activar un plan B. Y quizá no veremos esta F-1 por televisión el año que viene tal y como es ahora", dijo Briatore, atizando un Mundial paralelo. Ferrari, Renault y Toyota tienen casi decidido retirar su inscripción para el 2010.