La madre de todas las remontadas está en el Museu del Barça. En realidad, está en la cabeza y la memoria de millones de personas. Culés o no. El 6-1 al PSG en los octavos de la Champions demostró que los milagros existen en el deporte. Pero, para que se existan, se necesitan una serie de factores sucesivos, todos favorables.

El Barça de la mayor gesta en un terreno de juego se está cargando el propio mito de las remontadas que ha construido. Justo un mes después de la hazaña del Camp Nou, el mismo Barça (o uno muy parecido) sucumbía en Málaga antes de continuar su andadura europea con el viaje a Turín para enfrentarse a la Juventus. Una derrota sin réplica, la de La Rosaleda, como la catástrofe de París (PSG) que, paradójicamente, fue el punto de partida de la página más emotiva de la temporada.

El equipo de Luis Enrique solo ha sido capaz de ganar tres de los trece partidos en los que el rival empezó marcando, una dato demasiado pobre para un aspirante a todo. Ir a remolque se ha convertido en un inconveniente casi insuperable. Nunca ha podido encarrilar cinco victorias consecutivas, con lo que la confianza del grupo para levantar marcadores adversos ha sido muy débil. El equipo empató cuatro partidos que empezó perdiendo y sucumbió en los otros seis.

Sonadas excepciones

El Barça ganó en el campo del Borussia Moenchengladbach (1-2) en la segunda jornada de la liguilla europea después de que Thorgan Hazard adelantara al cuadro alemán en el primer tiempo. Arda Turan y Gerard Piqué voltearon el marcador en una gran segunda mitad a pesar de que faltaba Messi.No faltó Messi en la segunda mini-remontada un mes más tarde. En Sevilla. De hecho, el 10 azulgrana igualó el gol de Vitolo y Luis Suárez firmó el triunfo barcelonista. La tercera excepción se hizo esperar cuatro meses. Fue en el Camp Nou frente al Valencia (4-2). Se adelantó el cuadro visitante mediante Mangala en un córner, marcaron Messi y Suárez y Munir restableció el empate al filo del descanso. Messi y el denostado André Gomes remacharon el triunfo.

Pero en ese lapso, el Barça siguió revelándose como un equipo demasiado frágil para superar la adversidad de un gol ajeno. En varias ocasiones logró empatar ante rivales de entidad (la primera visita a la Real Sociedad, en el campo del Villarreal) y en otras se vio incapaz, como frente el Depor o el Málaga. El Celta (tres goles),el PSG (cuatro) y el Athletic y el Málaga (dos) adquirieron ventajas inabordables para los azulgranas.

La sorpresa que dio el recién ascendido Alavés (1-2 en el Camp Nou) cuando amanecía la Liga (tercera jornada) fue todo un aviso. Por el contrario, solo un equipo ha remontado al Barça: el Manchester City. Dos goles de Gundogan y uno de De Bruyne repararon el 0-1 de Messi.

Hacia Turín

Toda la plantilla, excepto el lesionado Rafinha Alcántara --sometido el viernes a una artroscopia en la rodilla-- subirá hoy al avión (9.45 horas) para desplazarse a Turín, donde mañana jugará la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones, contra el Juventus.

Después de la enorme decepción sufrida en la noche del sábado en La Rosaleda, el equipo de Luis Enrique volvió ayer al campo de entrenamiento para realizar una suave sesión de recuperación.

Finalizado el entrenamiento, el Barça informó de que en la expedición a Turín está incluida toda la plantilla, además de dos jóvenes jugadores del equipo B, Carles Aleñá y Àlex Carbonell. Con el grupo también viajará el sancionado Sergio Busquets y dos jugadores que no tienen el alta médica (Arda Turan y Aleix Vidal).