EXTREMADURA 1: Toni García; Samir, Dani Fragoso, Jonathan, Zamora; Roberto, Lolo, Marco, Capi (Zurdo, M. 84); Manuel (Pichi, M. 66) y Rubenilson.

VILLANOVENSE 1: Mena; Gus, José, Verastegui, Emilio Pinto; Aguado (Chicote, M. 76), Gabi; Rubén, Encinar (Cano, M. 91), David Hernández y Javi Méndez (Valverde, M. 84).

GOLES: 0-1 M. 19: Aguado. 1-1 M. 45+: Manuel.

áRBITRO: Gallo Moreno (Andaluz). No estuvo mal. Expulsó por doble tarjeta a Rubenilson (63´ y 65´) y a Pinto (33´ y 77´). Amonestó a Gus, Manuel, Gabi, Verastegui y Roberto.

Es cierto que un jugador ni gana, ni pierde, ni empata un partido y que habitualmente son once los que contribuyen a los éxitos o los fracasos de un bloque. Pero no lo es menos que en muchas ocasiones es cuestión de filosofía personal y profesional o de actitud y que con esas armas se puede cambiar el destino de una competición. Manuel Alfredo Mosquera, un futbolista que tendría que estar entre algodones, siendo mimado en el epílogo de su carrera deportiva y jugando sólo algunos minutos para dosificar sus esfuerzos, tuvo que rescatar ayer a un pobre Extremadura cuando deambulaba por el campo, herido de muerte en otro gol con fallo defensivo y mientras parecía abocado al descanso en desventaja en el marcador. El gol de O Bruxo , el gesto del gallego en el descuento de la primera mitad cambio definitivamente el signo de un choque que iba para desastre en el bando almendralejense y que se quedó en un pobre empate como mal menor. Un punto de tres posibles para el equipo azulgrana en su doble compromiso seguido en su estadio.

Enfrente, un Villanovense voluntarioso, bien trabajado y con las ideas claras en el reparto racional de los espacios y en cuál ha de ser su guión. Pero también bastante tímido y falto de la madurez necesaria para, por ejemplo, acuchillar sin solución de continuidad a un conjunto en crisis como el Extremadura cuando lo tienes contra las cuerdas. Es verdad que los de José Mari Calvo vivieron de los errores locales en un titubeante inicio, pero también lo es que se trata de argumento lícito en el fútbol de nuestros días.

AGUADO INAUGURA EL TANTEO

Aguado, cuando aún no se había cumplido el primer cuarto del derbi de ayer en Almendralejo volvió a desnudar la capacidad defensiva local y puso su firma al gol que inauguraba el marcador. Fue tras un cúmulo de errores y jugada de Rubén (m. 19). Era la misma historia de los últimos compromisos en Almendralejo pero con vigencia en un duelo regional muy mermado de calidad.

Eso sí, cuando en la grada se temían lo peor los aficionados azulgranas, y evidenciaban su estado de ánimo protestando airadamente, apareció Manuel. Primero en un robo de balón que terminó sacando bajo palos José (m. 26). Luego en una jugada que acabó en gol pero que fue anulada por una presunta salida del balón por la línea de fondo. A la tercera no perdonó el coruñés. Un saque de esquina de Capi, un balón sin aparente peligro y Manuel que presiona a Mena hasta hacerle fallar. Se revuelve y a la red el empate en el descuento de la primera mitad.

CAMBIO RADICAL DE DECORADO

El Villanovense no esperaba esa primera sangre antes de retirarse a vestuarios y acusó el hierro. La segunda mitad nació distinta, con un evidente cambio de decorado. El Extremadura renacía de sus cenizas y, menos en resolución, mejoraba sensiblemente su imagen terminando por encerrar a un rival de más a menos y hasta algo asustadizo por momentos.

Funcionó el juego por bandas, pero Rubenilson no tenía su tarde. Es más, el brasileño fue expulsado en tres minutos con un par de injustificables jugadas. La segunda amarilla de Emilio Pinto equilibró un duelo en el que los locales, por fin, eran dominadores en todas las suertes excepto en la suprema.

Y así se fue desgranando un derbi condenado al empate a uno como mal menor y con mejor cara para un Villanovense visitante que parece abonado esta temporada a la igualada.