El que ha sido uno de los más importantes futbolistas extremeños de todos los tiempos analiza la actualidad de este deporte en la comunidad asumiendo la crisis, aunque al mismo tiempo abriendo una puerta a la esperanza.

--¿Cúal es su diagnóstico sobre la salud del fútbol extremeño en la actualidad?

--Desde la distancia, a lo mejor no soy el más indicado, pero está claro que no está en su mejor momento. Ha habido tiempos mejores, incluso con Primera y Segunda División, pero hay que confiar en que el fútbol extremeño pueda resurgir.

--¿Por qué cree que no hay ni Primera ni Segunda en Extremadura?

--Es complicado, pero no sé realmente qué puede haber pasado. A mí, como extremeño, me apena ver que hace tiempo estábamos en auge y que teníamos mucho prestigio y que en estos momentos sea todo lo contrario. ¿Las causas? Siempre se habla de una buena gestión en el ámbito deportivo y en el ámbito económico, y si no es así a lo mejor será todo lo contrario. Pero en realidad, sobre esto no creo que deba opinar.

--Personalmente, y con 40 años recién cumplidos, ¿no siente nostalgia de un campo de fútbol?

--He estado toda mi vida en el fútbol y quiero seguir vinculado a él. Todo lo que he sido se lo debo a este deporte. Lo de la nostalgia sólo digo que el pasado en el fútbol es eso, pasado, y ya no vuelve. Pero, a la vez, mentiría si no dijera que han sido recuerdos imborrables, pero que la vida continúa y hay que afrontarla con mucha fuerza y entereza.

--¿Cómo está su intención de ser entrenador?

--Tengo el nivel 1, que me permite entrenar a juveniles; después está el 2, con el que puedes hacerlo en Tercera y el 3, para todas las categorías. Mi próximo objetivo es obtener el título del nivel 2 este verano tras un curso de la federación. Para ello estoy estudiando y preparándome para ser lo que va a ser mi futuro. Creo estar capacitado y tengo conocimientos como para encauzar mi futuro y un nuevo reto, que es ser entrenador.

--¿Sería un buen inicio algún club extremeño?

--Sí. Voy a estar abierto a todas las ofertas que pueda tener, pero voy a ser uno más. Está claro que si viene una buena oferta de Extremadura iría encantado. ¿Quién sabe? ¿Por qué no?

--Este periódico publicó el pasado verano que, en el caso de que Félix Campo hubiera vendido el Cacereño, usted y Ciriaco eran los candidatos a ocupar el banquillo...

--Nadie se dirigió a mí para esa posibilidad. De todas formas, yo tengo que estar centrado en sacarme el título y a partir de ahí estaría abierto. No cabe duda que el Cacereño es una opción. A mí me gustaría dirigir a un Cacereño grande. ésa es mi ilusión.

--¿No le apena la situación por la que pasa el Cacereño actual?

--El Cacereño atraviesa una situación negativa, pero yo soy una persona muy positiva y optimista y creo que es hora de arrimar el hombro todas las partes. Está claro que el respaldo social de ahora no es grande, pero el club tiene que recuperarse y empezar a ganar y volver con su prestigio. Hay que dejar rencillas personales y pensar que el Cacereño está muy por encima de ello.

--El domingo, Mérida-Cacereño, sus dos clubs en la región...

--En Mérida me trataron muy bien, aunque fue una lástima lo de mi lesión... y tengo muchísimos amigos ahí, empezando por la familia Fouto. Por lo tanto, Mérida ha sido importantísimo, pero también recuerdo que nací en Cáceres y crecí en el Cacereño. Ahora el Cacereño necesita más los puntos y espero que los dos estén los dos en los play off y que, por historia y trayectoria, suban los dos a Segunda B.