Ya está, mi ciclo se terminó, di todo lo que tenía". La frase lapidaria pertenece a Diego Maradona y se la dijo al diario Crónica de Buenos Aires, unas horas después de aterrizar en el país argentino. Maradona y los jugadores de la selección albiceleste habían sido recibidos como verdaderos hérores. Unas 10.000 personas se acercaron al aeropuerto internacional de Ezeiza para levantarles el ánimo después de la paliza alemana en Suráfrica que los dejó sin la soñada Copa del Mundo.

Pero las muestras de afecto recibidas no parecen haber alcanzado a cambiar el estado de ánimo del entrenador, quien se refugió en la urbanización que comparte con Verónica, su pareja, para esquivar la toma de decisiones que tantos argentinos esperan con impaciencia .

Porque todos por estas horas se preguntan cuáles serán los próximos pasos del pelusa, teniendo en cuenta su enorme talento para cambiar de opinión. La negativa que pudiera dar hoy puede ser desmentida mañana.

La prensa coincide en que Julio Grondona, el eterno jefe de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y vicepresidente de la FIFA, siempre inmune a los estruendosos fracasos y denuncias de corrupción, no hará nada para echarlo. A lo sumo esperará que el gran ídolo termine tomando la decisión, sea cual fuera.

APOYO DE MESSI Grondona está en un aprieto: la AFA ya asumió el compromiso de jugar ante la selección de Irlanda, en Dublín, el 11 de agosto. Y uno de los atractivos comerciales de esta selección vapuleada es exhibir al siempre polémico Maradona.

Por otra parte, carece de una alternativa seria para reemplazarlo en el cargo. Cuentan que Marcelo ´el loco´ Bielsa y Néstor Pekerman, los mejores entrenadores que tuvo Argentina, lo desprecian. Carlos Bianchi, que ganó todo con el Boca Juniors, tampoco tiene la mejor opinión de Grondona.

El preparador físico de Argentina, Fernando Signorini, le dijo al diario La Nación que, tras la apabullante derrota frente a los alemanes, varios jugadores, entre ellos Lionel Messi, fueron al camarín a consolar a un Maradona emocionalmente destruido y a pedirle que continue con su labor al frente del equipo.

"¿Puede seguir? Puede. ¿Debe seguir? Es otra discusión. Si pensamos que Maradona iba a convertirse en un gran técnico en el Mundial es culpa de todos los que lo creimos", dice Signorini.

"Como entrenador, Diego Armando Maradona es lo que se vio, las ilusiones que depositamos en su espalda corren por cuenta de los argentinos de extrema fe maradoniana, que no son pocos. Por eso, el debate pasa por el tipo de proyecto. El de Maradona es muy claro y rotundo, debe haber otros más serios", dijo el diario Clarín en su análisis post-campeonato. El debate se aviva en Argentina.