Marcar los primeros y mantener las señas de identidad del equipo. Esos son los objetivos del Villanovense para el partido de vuelta que disputarán esta tarde ante el Teruel en tierras aragonesas. No quieren confiarse; no lo están, y no ven suficiente el favorable marcador de 2-0 logrado en el partido de ida en el Romero Cuerda. "Vamos a dar todo como si fuera el último partido porque queremos seguir jugando" decía Domingo Suero antes de que la expedición verdiblanca partiera ayer. Esta madrugada ha partido el autobús de aficionado que animará al equipo y que ha sido sufragado por el ayuntamiento, de forma que los aficionados sólo han abonado el precio de las entradas.

NI VALVERDE NI BEDATE Un viaje que se pierde definitivamente Alejandro Valverde después de que en el entrenamiento del jueves sintiera pinchazos en sus abductores; las pruebas determinaron microrrotura. También se lo perderá Samuel Bedate que sigue arrastrando las molestias en sus rodillas. No obstante el no tener que pasar por quirófano ha dado optimismo al jugador. Se mostraba esperanzado y decía que "voy a llegar recuperado al último partido de play off y voy a marcar el gol del ascenso".

Para Suero, el Teruel que se encontrarán será diferente al del Romero Cuerda. "Lo conocemos fuera de casa pero no en su terreno donde sabemos que son fuertes, sobre todo por sus características de juego donde suelen estar cerca del área. Nosotros intentaremos que estén lo más lejos posible". El equipo ha trabajado toda la semana siendo conscientes de que será un partido duro que se jugará todo a una carta. Será un Teruel peligroso, según el técnico. "El jugar sin red hace que todo sea imprevisible".

Sobre la euforia vivida tras el resultado de la ida, Suero lo tiene claro: "la alegría es buena pero cuando es moderada; tenemos los pies en el suelo, ni euforia excesiva ni depresión".