La carga emocional del acontecimiento pesó más que sus extraordinarios antecedentes y María José Rienda se quedó sin la medalla olímpica que perseguía, que habría sido la tercera del esquí español en unos Juegos. Dos errores, uno en cada manga, en el gigante de ayer en Sestriere, a 105 kilómetros de Turín, apearon del podio a la esquiadora granadina de 30 años, que probó la hiel del fracaso cuando menos se esperaba. Quedó 13 en la modalidad que ha dominado de cabo a rabo en el último año por culpa de encadenar dos de sus peores mangas en ese período de tiempo.

Rienda no pudo sobreponerse a todo lo que envolvió la prueba, la que debía ser la carrera de su vida. Eran sus cuartos Juegos Olímpicos --también ha estado ya en seis Mundiales-- y había ganado cinco de los nueve últimos gigantes de Copa del Mundo, entre ellos los dos de Ofterschwang (Alemania) de hace tres semanas. En las últimas tres carreras, había sido la mejor en cuatro de las seis mangas. Ayer, en cambio, fue sólo la 17 tras la primera bajada (su peor primera manga del año) y sólo la 12 más rápida en la segunda, cuando intentó sin éxito enjugar los 1.39 segundos que la separaban de la líder, la estadounidense Julia Mancuso (que se llevó su primer oro olímpico), y los 1.07 segundos que la alejaban del podio, completado al final por la finlandesa Tanja Poutiainen y la sueca Anna Ottosson.

AMARGO SARCASMO "Así es este deporte. Eso es el esquí: os lo presento", ironizó Rienda al final, intentando una sonrisa, para explicar lo mal que le salieron las cosas el día en que no podía fallar. Todo le salió al revés a la esquiadora granadina. Las precipitaciones sobre Sestriere dejaron nieve polvo sobre la dura pendiente, algo perjudicial para alguien que salía con el dorsal número 1. La poca visibilidad obligó a rebajar la salida 60 metros y a eliminar siete puertas, lo que dulcificó un recorrido que se quería más físico. El marcador de la primera manga, el esloveno Janez Slivnik, no impuso dificultad a ese primer trazado, más parecido a un supergigante.que a un gigante.

Y, además, Rienda falló en los dos descensos. Al final de la primera manga perdió velocidad, marcando sólo el decimosexto parcial en ese tramo. Y, en la segunda, cuando registraba buenos tiempos, se le enganchó un esquí en la nieve y perdió otro tiempo precioso que truncó su momentánea reacción. Sólo pudo mejorar cuatro puestos, mientras que la sueca Ottosson, en las mismas condiciones, pasó de la posición 13 a la medalla de bronce.

PROXIMO OBJETIVO El golpe no dejó indiferente a Rienda, a pesar de intentar mantener la serenidad mientras la consolaban los príncipes de Asturias. "Que no te salga bien una carrera, duele, pero en unos Juegos, aún más", aseguró la esquiadora granadina, que ahora se centrará en ganar la Copa del Mundo de gigante en las dos carreras que faltan, en Noruega y Suecia.