El escándalo del dopaje adquirió hoy, jueves, otra dimensión más dramática cuando el periódico local "Washington Post" informó de que la corredora estadounidense Marion Jones admitió en carta a sus familiares y amigos que se había dopado antes de llegar a los Juegos Olímpicos de Sydney 2000. Jones, que ganó tres medallas de oro en la competición olímpica, asegura en la carta que utilizó el llamado esteroide sintético "the clear" antes de la cita australiana.

La persona que le suministró los esteroides fue su entrenador Trevor Graham, quien le dijo, siempre de acuerdo al informe periodístico, que se obtiene de un aceite de linaza. Sin embargo, "the clear" es un esteroide sintético desarrollado por los ex laboratorios BALCO de San Francisco y que fue descubierto después de que la autoridades federales comenzasen una investigación que todavía está abierta y que llevó a sus máximos directivos a la cárcel.

Además de Jones, atletas y estrellas de los distintos deportes profesionales están involucrados en el consumo de los esteroides sintéticos "the clean" (el claro) y "the cream" (la crema), el último en admitirlo públicamente fue el boxeador Sugar Shane Mosley. Hasta ahora, Jones había negado de forma categórica que hubiese consumido sustancias prohibidas, inclusive durante el testimonio que dio ante un jurado federal.

En su carta, Jones también dice que se había declarado culpable ante un juzgado en Nueva York de dos cargos de haber mentido a los agentes federales sobre el uso de las drogas y otro relacionado con un asunto financiero. "Deseo pedir perdón por todo esto", informa la fuente periodística que cita a una persona que recibió la copia de la carta de Jones y que leyó a los profesionales del periódico. "Lo siento por haberlos decepcionado a todos en muchos aspectos". Desde la residencia que Jones tiene en la ciudad de Austin (Texas), no hubo reacción a la información que hoy publica el periódico "Washington Post".

Sin embargo, la admisión de Jones podría costarle la pérdida de las cinco medallas que ganó durante los Juegos Olímpicos de Sydney, tres de oro y dos de bronce, que la convirtieron en la gran estrella de la competición, pese a no lograr su sueño de cinco doradas. Pero su carrera comenzó a decaer y fue cuestionada cuando surgieron las primeras acusaciones de que se había dopado.

El propio ex presidente de los laboratorios BALCO, Victor Conte, que ya ha cumplido con tiempo de cárcel por su implicación en el escándalo de los esteroides sintéticos, fue uno de los que de manera reiterada ha relacionado a Jones como una de las atletas que habían consumido las sustancias prohibidas que producía su compañía. También el ex novio de Jones, el campeón olímpico Tim Montgomery, fue suspendido en 2005 por dos años al estar relacionado con el consumo de esteroides que producía BALCO.

Desde diciembre de 2004, el Comité Olímpico Internacional (COI) abrió una investigación por las alegaciones que se presentaron contra Jones desde que testificó en 2003 ante el gran jurado federal. Además, el pasado año, varias pruebas de orina de Jones que le fueron hechas dieron positivo al consumo de los complementos con EPO (eritropoietina), una hormona que incrementa la producción artificial de glóbulos rojos, y se retiró de la competición del circuito europeo que tenía previsto realizar.

Aunque luego una segunda prueba dio negativo, Jones se había perdido estar fuera de las competiciones profesionales y perderse unos ingresos de más de 300.000 dólares. En la carta, Jones dijo que consumió las sustancias de mejoramiento físico y rendimiento hasta que en 2002 rompió con Graham como entrenador y reconoció que, cuando en 2003, los agentes federales le presentaron una muestra de "the clean" sintió un gran "pánico" al reconocer qué le daba su ex entrenador. "Las banderas rojas tendrían que haberse levantado cuando me pidió que no dijese nada", admite Jones en la carta a la que tuvo acceso el "Washington Post".

Graham, que fue ya acusado formalmente por las autoridades federales el pasado noviembre por haber mentido a los agentes federales, se declaró no culpable y su juicio está previsto para el próximo 26 de noviembre. Tampoco habido respuesta por parte de Graham ante la información ofrecida por el "Washington Post", mientras que Jones también admite en la cárcel otro tipo de mentiras que había cometido sobre los ingresos que había recibido por parte de Montgomery, quien ya se declaró culpable en Nueva York de un multimillonario fraude bancario y de lavado de dinero de más de cinco millones de dólares.

Junto a Montgomery también están implicados los ex agentes de Jones, Charles Wells, y entrenador Steven Riddick. Jones reitera en la carta que también con el asunto de los cheques recibidos sintió el "pánico" cuando vio que los agentes federales se los mostraron y no deseaba estar relacionada con todo el desastre legal.