Manolo Márquez (49 años) duró poco en Las Palmas como entrenador. Ni tres meses. Dimite y no por perder ante el Leganés (0-2) este fin de semana. El conjunto canario no está tampoco en zona de descenso: ha ganado dos partidos y perdido cuatro. Se va por voluntad propia porque vio pronto que se sentía «desubicado».

«Es una dimisión en toda regla», sentenció el técnico, negando así cualquier posibilidad que desde el club le sugirieran su marcha y desvinculando también su decisión de la derrota con el Leganés. Deja al equipo en la decimoquinta posición, con seis puntos. Y a dos del descenso. A Zubeldía (Alavés) y Escribá (Villarreal) los echaron. Él, lo deja.

«Siento haber defraudado al presidente, quien apostó por mí desde el principio», confesó el técnico catalán. «La honestidad puede sobre otras cosas. Si viene otra persona lo hará mejor que yo», declaró Márquez, quien dijo no estar condicionado por los resultados, la junta o los jugadores. Se va por «una decisión absolutamente personal», que comunicó él mismo a los cuatro capitanes antes de informar a la directiva. «El equipo no juega ni bien ni mal. Simplemente no llegó a transmitir lo que yo quería». Por eso, renuncia. «Es un problema más mío que de los jugadores o del entorno. Entiendo que es atípico que un entrenador se marche».